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Enfermedades

El ciclo genital femenino

El ciclo genital femeninoClásicamente se admite que el ciclo genital femenino tiene una duración  media de 28 días, aunque se considera normal entre 21 y 35 días.

Se divide en 3 fases: menstruación o fase hemorrágica, fase folicular y fase lútea. El día que comienza el sangrado menstrual se considera el día 1 del ciclo. Si tenemos en cuenta un ciclo de 28 días de duración, la menstruación tiene lugar entre los días 1-4. A partir del día 5 comienza la fase folicular, que dura hasta el día 14, momento en el que se produce la ovulación. Finalmente tiene lugar la fase lútea, que se extiende hasta el inicio de la fase hemorrágica del ciclo siguiente.

Factores reguladores

El HIPOTALAMO es una zona del encéfalo que secreta de forma pulsátil una hormona denominada GnRH.

La HIPOFISIS es una glándula neuroendocrina localizada debajo del hipotálamo. Produce varias hormonas, entre ellas la FSH y la LH (gonadotropinas), cuya liberación se ve estimulada por acción de la GnRH hipotalámica.

Fases

El ciclo ovárico

Los OVARIOS son dos órganos intrapélvicos que desempeñan dos importantes funciones: producción de la célula germinal femenina y secreción de hormonas sexuales femeninas.

El elemento fundamental del ovario es el folículo ovárico, que contiene la célula germinal femenina u ovocito.

Fase folicular

El número de folículos ováricos disminuye a lo largo de la vida de la mujer. En la pubertad, dicho número oscila entre 100.000-200.000, de los cuales solo unos 400 alcanzarán la madurez definitiva y ovularán a lo largo de la vida fértil de la mujer. Después de la menopausia no hay folículos en el ovario.

Al inicio de cada ciclo varios folículos ováricos comienzan a madurar. De todos ellos habitualmente sólo uno (folículo dominante) alcanza la madurez total. El resto involuciona, pasando a denominarse folículos atrésicos.

Durante la fase de maduración folicular la acción de las gonadotropinas hipofisarias es fundamental. Además de estimular su crecimiento, la LH y la FSH permiten la producción folicular de estrógenos, fundamentalmente estradiol. Los estrógenos estimulan el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (distribución del vello corporal y de la grasa subcutánea, timbre de voz, desarrollo mamario,...), además de ejercer una acción beneficiosa sobre el hueso y el aparato cardiovascular. Es por ello por lo que durante la menopausia la ausencia de folículos en el ovario, y en consecuencia el déficit de estrógenos, aumenta la incidencia de patología cardiovascular y el riesgo de osteoporosis.

Ovulación     

Los estrógenos a altas dosis inhiben la secreción hipofisaria de FSH, pero por contra aumentan la liberación de LH.

La ovulación es consecuencia directa de un pico de LH que tiene lugar 10-12 horas antes de la misma. Sin pico de LH no hay ovulación. Recordemos que en un ciclo genital de 28 días de duración la ovulación acontece el día 14 y supone la expulsión del ovocito desde el folículo ovárico maduro hacia la trompa de Falopio, donde puede ser o no fecundado por el espermatozoide o célula germinal masculina.

Fase lútea

A partir del momento de la ovulación, el folículo, ya sin ovocito en su interior, sufre una serie de transformaciones gracias a la acción de la LH y pasa a denominarse cuerpo lúteo. Aunque también secreta estrógenos, el cuerpo lúteo produce fundamentalmente progesterona. La progesterona induce una serie de modificaciones en el aparato genital que lo adecuan a la gestación, independientemente de que ésta se haya o no producido. Destacan:

Prepara las mamas para la lactancia. El aumento de las mamas es máximo unos días antes del comienzo de la regla. 

Aumenta la temperatura corporal. A partir de la ovulación, la temperatura corporal  sube unas décimas debido a la progesterona.

Disminuye la cantidad y aumenta la viscosidad del moco cervical, dificultando el paso de nuevos espermatozoides

Acción sedante sobre el músculo uterino, además se relaja el músculo liso gastrointestinal y ureteral.

Por lo tanto, durante la fase folicular se segregan fundamentalmente estrógenos, mientras que en la fase lútea se producen estrógenos e importantes cantidades de progesterona.

Si no se produce la fecundación el cuerpo lúteo involuciona mediante un proceso conocido con el nombre de luteólisis. En caso contrario, el cuerpo lúteo permanece y continua la producción de progesterona para el mantenimiento de la gestación en sus estadios iniciales. A partir de la 10-12ª semana de gestación la producción de progesterona se debe fundamentalmente a la placenta.

El ciclo endometrial

El ENDOMETRIO es la mucosa que tapiza la cavidad uterina. Esta mucosa experimenta cambios morfológicos cíclicos a lo largo del ciclo genital femenino. Es decir, que al igual que existe un ciclo ovárico ya explicado existe también un ciclo endometrial.

Como se comentó anteriormente, hacia el día 14 del ciclo tiene lugar la ovulación. Este momento divide el ciclo endometrial en dos periodos:

Fase proliferativa

Coincide con la fase folicular ovárica. El estímulo estrogénico produce un crecimiento de las glándulas endometriales, de tal manera que el endometrio aumenta progresivamente su espesor. Inmediatamente después de la menstruación el grosor del endometrio es únicamente de 1-2 milímetros

Fase secretora

Coincide con la fase lútea ovárica. El estímulo estrogénico y de la progesterona produce maduración de las glándulas endometriales. La finalidad de todos estos cambios es producir un endometrio muy secretor que sea capaz de proporcionar la nutrición adecuada al óvulo fecundado que se implantará en él.

Menstruación

Si el ovocito no ha sido fecundado por el espermatozoide tiene lugar la menstruación. Esta es debida a que unos dos días antes de que termine el ciclo genital, las hormonas ováricas,  estrógenos y progesterona, debido a la involución del cuerpo lúteo, disminuyen bruscamente hasta valores muy bajos. La menstruación consiste en la descamación del endometrio que previamente había proliferado y se había  preparado para albergar una eventual gestación. La duración de la hemorragia menstrual varia entre 3-7 días. En caso de que si se haya producido la fecundación y gracias a la persistencia del cuerpo lúteo, la producción de hormonas ováricas no decae y no tiene lugar la descamación endometrial, lo que explica la ausencia de menstruación o amenorrea por la que se suele sospechar la existencia de una gestación.

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