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Nutrición

Prácticas higiénicas para manipular alimentos

Prácticas higiénicas para manipular alimentosManipular alimentos no es una tarea o profesión que deba tomarse a la ligera. La alimentación es la principal vía mediante la que obtenemos los nutrientes y minerales importantes para el funcionamiento del organismo, pero también una de las vías más probables mediante la que podemos adquirir enfermedades e infecciones.

Por ello, para manipular lo que ingeriremos se requieren de severas prácticas higiénicas que no deben violentarse nunca, en aras de favorecer siempre la salud y evitar sucesos desagradables.

En este artículo veremos algunas de esas prácticas que todo buen manipulador de alimentos debe realizar en su día a día.

Exigencias generales

Antes de iniciarse en la manipulación de alimentos, sea como profesión o actividad eventual, la persona debe tener conocimientos profundos de higiene y seguridad alimentaria, adecuados a su contexto.

En ámbitos profesionales, antes de empezar a ejercer en determinado sitio se deben conocer sus reglas, lo cual es una garantía para la salubridad, higiene y seguridad de los comestibles. Dichas reglas en consecuencia demandan un serio compromiso, que no tolera violaciones o problemas de actitud con respecto a su cumplimiento.

Asimismo, una exigencia de primer orden para todo manipulador de alimentos es que debe ser pulcro, siempre pendiente de su aseo personal, y que debe contar con uniforme y calzados exclusivos para la labor.

De más está decir que esas piezas han de estar siempre limpias, lo que, unido a otras acciones como cubrirse el pelo, usar guantes y un delantal de plástico cuando se requiera, favorece la higiene sobre lo manipulado.

Prácticas específicas e inviolables

Además de las exigencias generales, y todo lo que dicta el sentido común de la higiene, un manipulador de alimentos no puede olvidar cubrir las heridas que tuviese con vendajes impermeables, sin importar cuan pequeñas o poco profundas sean. "Si estas estuviesen localizadas en las manos, además del vendaje se tienen que usar guantes de látex", nos dicen desde el portal especializado CarnetdeManipulador.net.

Por otra parte, una práctica casi que constante para manipular comida es lavarse las manos, con agua caliente y no con pastillas de jabón, ya desaconsejadas, sino con jabón líquido. Aunque suene simple esta es una de las prácticas más importantes, a cuyas interioridades se le debe prestar atención.

Las manos deben lavarse con anterioridad y tras el trabajo, además de después de cada descanso e interrupción que motive cambios de tareas o manipulaciones. La forma correcta de hacerlo impone enjuagar las manos y los antebrazos hasta los codos; frotar el área con el jabón líquido hasta producir espuma, que debe extenderse por toda el área mencionada; cepillar con esmero las manos y uñas, que todo manipulador deberá tener cortas; enjuagar bajo el chorro toda la zona enjabonada; secar preferiblemente con toallas de papel desechables o toallas tradicionales, limpias y secas; y desinfectar las manos en soluciones adecuadas, normalmente a base de alcohol.

Cuando no es posible cepillarse durante el lavado se recomiendo frotar bien manos y uñas durante al menos 20 segundos.

Otras indicaciones

Es importante señalar que desde el punto de vista higiénico un manipulador de alimentos debe prestar atención a su vestuario. Este no debe estar ajustado y debe ser de colores claros, que favorezcan la distinción de posibles manchas.

Otra indicación o consejo es estar siempre bien afeitado, en el caso de los hombres, y usar poco maquillaje, en lo relativo a las féminas.

Los útiles y superficies de preparación o manipulación de alimentos deben igualmente ser lavados con esmero tanto antes como después de ser utilizados.

Pertinencia indiscutida

Todas estas prácticas higiénicas para manipular alimentos resultan trascendentes porque contribuyen a la prevención de enfermedades y dan sensaciones de seguridad en los clientes o personas que consumirán los alimentos.

De seguirse todas al dedillo, los riesgos de sucesos desagradables o perjudiciales desde el punto de vista alimenticio serán menores, lo que por sí solo constata su necesidad y utilidad.

Por último, debe destacarse que para manipular alimentos se debe estar libres de infecciones o padecimientos que puedan transmitirse por el tacto.

Cada uno de los manipuladores, potenciales y reales, así como los supervisores de la tarea, deberán estar al tanto de la salud íntegra de todos los que intervienen en las operaciones sobre la comida.

Con ello se previene la transmisión de enfermedades e infecciones, y se garantiza también la integralidad y salubridad de los alimentos, que como dijimos al inicio, nunca pueden tomarse a la ligera.

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Categorías: Nutrición,
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