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Salud de la mujer

Cambios del organismo en el embarazo

Cambios del organismo en el embarazo¿Resulta beneficioso realizar ejercicio físico durante el embarazo?

El embarazo es una situación fisiológica transitoria que se acompaña de una serie de modificaciones en el organismo de la mujer (cambios en el volumen corporal, sistemas cardiovascular, respiratorio, musculoesquelético y endocrinológico) que limitan la movilidad y condicionan el nivel de actividad física en los últimos meses de la gestación.

Antiguamente se equiparaba el embarazo a un estado de incapacidad que obligaba a la mujer a restringir su práctica deportiva de forma drástica, sin embargo en la actualidad prácticamente todos los estudios realizados coinciden en la conveniencia de realizar ejercicio físico (EF) para un mayor equilibrio físico y psíquico de la gestante, siempre que éste se realice de forma controlada y en un embarazo sin riesgos, valorando tipo de deporte y modalidad deportiva (recreacional o competitivo), actividad física previa (que determinará la tolerancia al ejercicio en el embarazo), antecedentes obstétricos y evolución de la gestación actual.

La respuesta fisiológica al ejercicio físico durante la gestación está condicionada por los numerosos cambios tanto anatómicos como funcionales producidos en el organismo materno. Para entender los beneficios que el ejercicio físico produce sobre la madre y el futuro recién nacido es necesario conocer estos cambios.

¿Que modificaciones se producen en el organismo de la mujer embarazada durante la gestación?

Modificaciones cardiovasculares:

Incremento progresivo del volumen plasmático (parte liquida de la sangre), volumen sistólico ( que es la cantidad de sangre que bombea el corazón durante su contracción) y frecuencia cardiaca (FC) basal (que es el ritmo del corazón en reposo) hasta el final del embarazo, y, en consecuencia, aumento del gasto cardiaco (cantidad de sangre que circula por el sistema cardiovascular durante un minuto).

Redistribución del volumen plasmático hacia útero, placenta, riñones y piel.

Anemia dilucional (por aumento del volumen plasmático más precoz y rápido que el aumento del número de glóbulos rojos) y ferropénica ( disminución del hierro en plasma).

Descenso de la tensión arterial (TA). Durante el embarazo se produce un aumento del gasto cardiaco (GC), incluso para bajas intensidades de ejercicio físico, secundario al incremento de la frecuencia cardiaca y volumen sistólico. Cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio mayor será el GC, a expensas, sobre todo, del mayor volumen sistólico. 

Modificaciones respiratorias

La función respiratoria se modifica por dos factores: a) el crecimiento del útero, que eleva la posición del diafragma y reduce la capacidad pulmonar (que es el espacio de los pulmones para recibir aire). b) aumento de la frecuencia de la respiración. El incremento de la ventilación es más significativo a partir de la 21 semana de gestación.

Modificaciones en el aparato digestivo

Existe una relajación muscular en el tubo digestivo, produciendose un aumento del reflujo gastroesofágico, un aumento del tiempo que tarda el estómago en vaciar los alimentos hacia el intestino, y una reduccion de los movimientos intestinales. Sintomas como el ardor gástrico y el estreñimiento pueden deberse en parte a la disminución del tono de la musculatura lisa intestinal.

Modificaciones músculo-esqueléticas:

Hiperlaxitud ligamentosa ( ligamentos relajados y flojos) por aumento en la secreción de la hormona relaxina, con especial repercusión en las articulaciones pelvianas (sacroiliaca, sacrococcigea y púbica).

Incremento de peso entre un 10-25% que puede ocasionar sobrecargas articulares múltiples, más acentuada en rodillas.

Adaptación postural secundaria al mayor tamaño y diferente orientación del útero: desplazamiento del centro de gravedad hacia atrás sobre los miembros inferiores, aumento de la lordosis de la columna (curvadura de convexidad anterior), sobrecarga lumbar y en el 3º trimestre aumento de la base de sustentación.

Edema generado por retención de líquidos que, en ocasiones, provoca compresiones nerviosas (síndrome del tunel carpiano...).

Todo ello se traduce en un mayor riesgo de lesiones musculoesqueléticas durante la realización de actividad física.

Modificaciones endocrinas:

Aumento de una serie de hormonas.

Aumento de la secreción de insulina y grandes fluctuaciones de la glucemia.

En el 2º-3º trimestre del embarazo hay un aumento de la resistencia a la insulina secundario a la disminución del número de receptores hormonales. La práctica de ejercicio físico permite mantener niveles de glucosa en sangre estables. 

Los dos vídeos que acompañan a este artículo los hemos extraído del canal de Youtube Embarazo semana a semana, donde encontraremos mucha información sobre el embarazo orientado a los 9 meses de embarazo. Encontramos vídeos explicando las evoluciones de todas las semanas del embarazo, también de los cambios por trimestres, además de guías prácticas para embarazadas como alimentos permitidos y prohibidos, síntomas que se sentirán semana a semana, cambios corporales y muchas cosas más.

Modificaciones metabólicas:

Durante la realización de ejercicio físico y para una misma carga de trabajo, el consumo energético aumenta progresivamente a lo largo de la gestación; sin embargo, en aquellas situaciones en que el feto sólo se apoya y no carga directamente sobre la madre (bicicleta), las modificaciones parecen ser mucho menores que en el ejercicio físico realizado soportando el peso fetal (carrera). 

Modificaciones en la composición corporal:

El porcentaje de grasa materna se incrementa durante el 1º y 2º trimestre por hiperinsulinemia ( aumento de la insulina en la sangre) y se estabiliza o incluso disminuye ligeramente en el 3º trimestre por aumento del lactógeno placentario. El ejercicio físico moderado no parece influir en los depósitos de grasa. 

Modificaciones en la termorregulación

En condiciones normales existe un gradiente de temperatura materno-fetal de 0,5ºC (temperatura fetal mayor que la temperatura materna) para garantizar la transferencia de calor fetal a la madre (único mecanismo fetal de disipación de calor). Durante el ejercicio físico este gradiente se invierte al aumentar la temperatura materna y es la madre la que cede calor al niño, pudiendo llegar a provocar una hipertermia fetal si la actividad realizada es de intensidad elevada y/o las condiciones ambientales son adversas (clima caluroso y húmedo).

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