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Salud de la piel

El maquillaje corrector o de camuflaje

El maquillaje corrector o de camuflajeEl maquillaje corrector

Este tipo particular de maquillaje, merece un apartado especial, ya que tiene un interés primordial en dermatología, no solamente como enmascarador de imperfecciones más importantes, sino por el papel decisivo que tiene sobre la psicología de la persona afectada. Podríamos decir que el objetivo del maquillaje corrector es "mejorar la apariencia del paciente, respetando su personalidad".

La reconciliación

La piel es la frontera decisiva entre nuestro mundo interior y el mundo exterior. Nuestra relación social se establece a través del contacto con los demás y, en muchos aspectos, la imagen determina nuestra posición dentro de la sociedad. La lesión cutánea provoca el rechazo de nosotros mismos y, a veces, una reacción de repulsa o piedad por parte del resto, sin olvidar el temor al contagio que subsiste en algunas personas. Todo esto puede provocar en las personas afectadas por lesiones inestéticas, por pequeñas que sean, graves trastornos de comportamiento.

El objetivo del maquillaje corrector no es "maquillar por maquillar", ni buscar solamente la noción de belleza clásica. Se trata de conseguir que la persona obtenga una imagen más positiva de sí misma y pueda establecer sus relaciones con los demás, sin sentirse diferente. La particularidad de los maquillajes correctores es que suelen tener un alto poder cubriente y algunos pacientes pueden sentir la sensación de llevar una máscara. Por ello es necesario explicar adecuadamente para qué sirve un maquillaje corrector y que, después de este fondo, hay que aplicar correctamente los maquillajes que aportan color (ojos, boca, pómulos), resaltando las zonas más agraciadas. De este modo conseguimos desviar la atención de las lesiones: atraer la atención sobre una zona nos permite disimular otra. De esta manera conseguiremos los resultados más satisfactorios, así como que el paciente integre el maquillaje dentro de sus hábitos de vida diarios.

Indicaciones de los maquillajes correctores en dermatología

El maquillaje corrector permite disimular un defecto permanente o pasajero y es una alternativa para personas que no quieren someterse a otras técnicas, o para atenuar secuelas entre diferentes sesiones de un tratamiento.

Entre las múltiples indicaciones del maquillaje corrector, las más frecuentes son:  

  • Cicatrices: hundidas o hipertróficas, quemaduras.
  • Dermatosis eritematosas: lesiones de acné, psoriasis, eczema, lupus, dermatitis seborreica, atópica, angiomas planos, telangiectasias, cuperosis, eritrosis, etc.
  • Trastornos de la pigmentación, tanto localizadas como diseminadas. 
  • Hiperpigmentaciones: nevus pigmentarios, melasmas, ojeras, pigmentaciones debidas a perfumes y cosméticos, manchas actínicas.
  • Hipopigmentaciones de diversas causas: la más importante de todas, el vitíligo.
  • Pieles con secuelas pasajeras post tratamientos dermatológicos: infiltraciones, peelings químicos, intervenciones dermatológicas (cirugía, dermabrasión, electrocoagulación, láser, etc). 

Tipos de maquillajes correctores

Dependiendo de la extensión de la lesión, podemos aplicar los maquillajes correctores en toda la superficie (rostro) o restringirlo a la zona localizada, tanto del rostro como del cuerpo.

Maquillajes para imperfecciones de amplia superficie: Fundamentalmente son denominados "fondos de maquillaje"o "correctores del tono" Difieren de los productos tradicionales, citados anteriormente, en que poseen mayor poder cubriente, son más opacos, resistentes al agua y están diseñados para adherise a la piel alterada de forma homogénea y sin dar una gran sensación de espesor, ni ser oclusivos.

Generalmente son suspensiones de pigmentos (óxidos de hierro o de titanio), dentro de un vehículo que puede ser bifásico (emulsión) o monofásico, generalmente cuerpos grasos. Los más utilizados son las ceras vegetales (carnauba o candelilla), minerales (ozoquerita) o sintéticas. Las presentaciones pueden variar desde fluidos, cremas o maquillajes compactos.

La elección de la textura puede realizarse en función de la lesión que vamos a tratar:

  • Pieles con acné: ligeros, no comedogénicos, fluidos o compactos.
  • Eczemas, dermatitis atópica, dermatitis seborreica: en crema o fluidos.
  • Discromías: alto poder cubriente, en crema o compactos.

Para maquillar las lesiones, éstas deben de estar siempre en fase de reparación. El tono debe escogerse lo más parecido al color de la piel. Para ello se aplica una pequeña cantidad en la parte baja de la mejilla, hasta encontrar el color que mejor se adapta.

La aplicación del fondo de maquillaje puede realizarse con una esponja de látex o con los dedos, por medio de ligeros toques, nunca arrastrando. El maquillaje se extiende desde el centro del rostro hasta el exterior, difuminándolo bien, hasta conseguir una buena uniformidad.

Para mantener el maquillaje a lo largo del día son indispensables los polvos translúcidos. Dan estabilidad al maquillaje, mantienen el color y evitan brillos. Los polvos libres se aplican con una borla, presionando ligeramente, hasta conseguir fijarlos. Para los retoques a lo largo del día se adaptan mejor los polvos compactos, aplicados con brocha, en las zonas que puntualmente queramos matizar.

Estos maquillajes pueden usarse también en otras zonas del cuerpo (manos, piernas), maquillando la zona que queramos cubrir, hasta igualar el color con el resto de la piel. Estas zonas son más difíciles de maquillar que el rostro y necesitan de la aplicación posterior de un fijador que los haga resistente a los lavados y al roce.

Maquillajes para imperfecciones localizadas: Para lesiones más localizadas podemos emplear sticks correctores. Su formulación es idéntica a los anteriores, pero con un proceso particular de moldeado que le da estabilidad y una adherencia al contacto con la piel. Se aplican sólo en la zona concreta a cubrir, bien con ayuda de un pincel o directamente con el stick y posteriormente se difuminan por medio de una ligera presión, hasta que la lesión queda perfectamente enmascarada.

Pueden utilizarse también encima de un maquillaje corrector, para crear un fenómeno óptico: en zonas hundidas, deprimidas o cicatrices atróficas, se utilizarán tonos claros, que dan sensación de volumen. Para zonas rugosas o cicatrices hipertróficas, se utilizarán tonos más oscuros que el fondo de maquillaje. A continuación, se debe matizar siempre con polvos libres.

Para problemas de pigmentación, los sticks o los fondos de diferentes colores, ofrecen una solución excelente. La técnica se basa en combinar los colores complementarios, para contrarrestar la coloración dominante.

Para las discromías de componente rojizo, aplicar un stick corrector verde. Para las discromías de componente azulado, utilizar sticks de color amarillo o beige. Para pieles amarillentas (elastosis solar) o cetrinas, los fondos malvas. Hay que difuminarlos ligeramente, pero sin hacer desaparecer totalmente el color. A continuación se aplica un fondo de maquillaje convencional, más ligero que los maquillajes correctores, lo que nos va a aportar una apariencia más natural.

Triángulo colorial

Colores complementarios:

Amarillo - Violeta

Azul - Naranja

Rojo - Verde

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Categorías: Salud de la piel,
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