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Salud de los ancianos

Sexualidad en el anciano

Sexualidad en el anciano¿Qué es la sexualidad?

"Cuando era joven, el simple hecho de rozar con mi mano la pierna de mi mujer me hacía vibrar y sublimarme; hoy, después de muchos años, el roce físico ya no remece mi imaginación ni mis sentidos, pero si mi mujer perdiera esa pierna, sería como si la hubiese perdido yo".

Miguel de Unamuno

Sexualidad. La palabra evoca afecto, comunicación y juventud. La combinación de sexualidad y geriatría pudiera llevarnos a reaccionar con ideas de frustración, imposibilidad e impotencia. La función sexual se ha definido como un proceso de integración emocional, corporal, intelectual y de aspectos sociales, donde la sexualidad es la conducta que asume el individuo con relación a su sexo. La sexualidad geriátrica puede ser definida como una "expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con o sin coito".

La sexualidad incluye todas las formas de expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la compañía, la masturbación y no solamente el coito. Es una parte importante y siempre posible entre el hombre y la mujer, que en la vejez debe continuar siendo una fuente de placer y no una fuente de inquietud y frustración.

¿Se pierde el interés con la edad?

Un reciente estudio observó que un 75% de los hombres permanecen sexualmente activos durante la séptima década de la vida, y que en un porcentaje equivalente de mujeres permanece la capacidad de orgasmo. Otros expertos estudiaron la persistencia del interés sexual, encontrando que los hombres entre los 60 y 65 años de edad presentaban entre un 77% y un 88% de interés sexual, que disminuía al 50- 72% entre los 88 y más años. En las mujeres entre 60 y 65 años este interés oscilaba entre 50% y 71% y disminuían a porcentajes de 19% a 33%, entre los 78 y más años.

Estas cifras nos demuestran en parte el impacto de los cambios psicológicos y fisiológicos asociados al envejecimiento, donde la aparición de consultas por problemas sexuales requiere por parte del médico, una correcta evaluación de la función sexual, que en el anciano debe ser siempre global, tomando en cuenta los factores que influyen en el comportamiento sexual del anciano, tales como: la salud general, la disponibilidad de compañero-a, la personalidad, las actitudes, el nivel sociocultural, las creencias sexuales, etc.

¿Se producen cambios en la función sexual al envejecer?

A la esperada disminución con la edad de los niveles de hormonas sexuales como la testosterona en el hombre, y la progesterona y los estrógenos en la mujer, se agregan las consecuencias de esto, que son principalmente:

En el hombre disminuye la producción de espermatozoides, el tamaño testicular, la viscosidad del fluido seminal y la fuerza de las contracciones de una próstata aumentada de tamaño, provocando una respuesta a la excitación más lenta, erección menos firme, ausencia de eliminación de líquido preeyaculatorio, orgasmos de duración disminuida, y aumento del tiempo en volver al estado previo a la estimulación.

En la mujer se produce una respuesta más lenta a la excitación, una reducción de la lubricación y por lo tanto un coito más doloroso, disminuye la duración y el número de orgasmos. También se tarda más tiempo el volver a la fase preestimulatoria, pero la capacidad multiorgásmica está conservada.

¿Qué es la disfunción sexual?

Se define como cualquier problema del comportamiento sexual que hace a la expresión sexual insatisfactoria para el individuo. No debe considerarse una consecuencia del envejecimiento, sino una entidad clínica cuyo origen debe ser estudiado. Se catalogará como Primaria si el problema se evidencia al comienzo de la vida sexual y Secundaria si ello ocurre en el curso de la vida sexual. Es la disfunción sexual secundaria la que afecta al paciente anciano, siendo generalmente resultado de una enfermedad concomitante y, en muchos casos es ocasional ocurriendo en menos del 50% de los encuentros sexuales.

¿Qué problemas sexuales tienen los mayores?

Las queja más frecuente en el adulto mayor si es hombre es la disfunción eréctil seguida por la eyaculación precoz y retardada; en tanto, en las mujeres ancianas son individuales las quejas por dispareunia y anorgasmia, seguidas por el vaginismo o útero espástico.

 Cabe señalar, que una serie de enfermedades que frecuentemente se presentan en la edad avanzada, pueden afectar en forma importante a la función sexual, enfermedades tales como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión, demencia, alcoholismo, cáncer, enfermedades de los huesos y las articulaciones, etc. Por otra parte, los medicamentos que muchas veces los pacientes reciben de por vida para sus enfermedades, necesitan una detenida valoración, tanto desde el punto de vista de sus efectos como de sus beneficios e interacciones. Constituyen en los ancianos una de las principales causas de disfunción sexual independientemente de sus efectos beneficiosos.

¿Cómo estudiar una disfunción sexual?

El diagnóstico de disfunción sexual se hace del mismo modo que otros diagnósticos médicos, es decir, basándose en una historia clínica completa, con énfasis en las esferas biológica, funcional, mental y social del anciano. Muchas veces basta una buena entrevista para aclarar muchas dudas y resolver bastantes problemas. De ser necesario se pueden realizar pruebas complementarias que orienten acerca de su causa y derivar al especialista más indicado en caso de ser necesario.

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