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Salud familiar

Enfermedades del tiroides

Enfermedades del tiroides¿Qué peculiaridades tiene el Tiroides en el anciano?

El Tiroides es una glándula endocrina productora de hormonas que intervienen en multitud de procesos metabólicos en el organismo. La alteración en su función o estructura es causa de enfermedad, presente de una manera significativa en todas las etapas de la vida y muy especialmente en el anciano.

El tiroides se localiza en la cara anterior del cuello organizándose en dos lóbulos frente a la traquea y la laringe.

Produce varios tipos de hormonas: las hormonas tiroideas llamadas Tiroxina o T4 y triyodotironina o T3. La mayor parte de la T3 sin embargo no se secreta en la glándula sino que proviene del metabolismo o conversión en los tejidos de la Tiroxina (T4). Es la T3 quién tiene una mayor actividad biológica, teniendo una importancia decisiva en el estado metabólico del individuo. Además desde el tiroides se secreta Calcitonina, una hormona que interviene en el metabolismo del calcio.

Se ha objetivado que existe un descenso en la secreción de hormonas tiroideas con la edad. Sin embargo una menor degradación y una disminución en su utilización alreducirse la masa corporal parecen compensar este aspecto, manteniendo sus concentraciones en el anciano en niveles semejantes al del adulto.

Manifestaciones clínicas

Las enfermedades del Tiroides son tan frecuentes en el anciano como en otros grupos de edad. Sin embargo tienen unas características particulares que merece mencionar:

Las manifestaciones clínicas están frecuentemente enmascaradas en el seno de otras enfermedades o a menudo son atribuidas " a la edad " por el paciente o por el propio médico.

La clínica de las enfermedades tiroideas es muchas veces sutil y atenuada en el anciano.

La función del tiroides y las manifestaciones de su enfermedad se pueden modificar con el uso de medicaciones de uso muy frecuente en este grupo de edad.

Las determinaciones analíticas de pruebas de función tiroidea están frecuentemente alteradas en el anciano bien por el propio envejecimiento o bien por la presencia de enfermedades concomitantes sin que exista enfermedad tiroidea. Este aspecto junto a su difícil reconocimiento clínico dificultan su diagnóstico.

A la hora del tratamiento de la patología tiroidea hay que tener en cuenta las enfermedades acompañantes que suele presentar el anciano ya que nuestro tratamiento puede tener influencia en ellas .

¿Cómo enferma el Tiroides?

Podemos conocer de forma muy simple la alteraciones que puede presentar el tiroides dividiéndolas en alteraciones de su función o en su estructura. No tienen por que ir separadas, de tal forma que el agrandamiento de la glándula en forma de bocio o de un nódulo, puede o no acompañarse de una alteración de la función.

Entre las alteraciones de su función tendremos el Hipertiroidismo (ver documento relacionado) y el Hipotiroidismo (ver documento relacionado) según exista un exceso o un defecto de función tiroidea. En la mayoría de ocasiones el fallo es primario en la propia glándula aunque no siempre es así. Pueden intervenir otros mecanismos de producción de enfermedad a través de alteraciones en el hipotálamo, hipófisis, acción periférica de las hormonas, etc.

Entre las alteraciones de la estructura tendremos fundamentalmente la existencia de crecimiento glandular llamado bocio o la presencia de nódulos en el propio tiroides.

Bocio: Se llama así al crecimiento de toda la glándula haciéndose palpable y visible en el cuello.

Las causas implicadas en la producción de bocio son muy diversas. Lo más frecuente es que se trate de un bocio simple. Se trata de un proceso originado de muy diversas formas pudiendo intervenir factores muy diversos en su producción: deficiencia de yodo, a veces afectando algunas áreas geográficas y dándole un carácter endémico; alimentos bociógenos; fármacos; defectos en la síntesis de hormonas tiroideas; fenómenos autoinmunes, etc. 

La tendencia a formar nódulos que es característica del anciano, puede hacer que evolucione hacia un bocio multinodular donde varios nódulos presenten una autonomía hiperfuncionante y sean causa de hipertiroidismo.

En otras ocasiones la presencia de un bocio es la expresión de otras enfermedades como inflamaciones del tiroides llamadas tiroiditis o de una causa frecuente de hipertiroidismo como es la enfermedad de Graves-Basedow.

Nódulo Tiroideo: La detección de un nódulo palpable en el tiroides es un hecho frecuente y de gran importancia. Aunque la mayoría son alteraciones estructurales benignas, pueden ser sin embargo la forma de presentación de un cáncer de Tiroides. Precisan por tanto de un cuidadoso estudio.

¿De qué pruebas diagnósticas disponemos?

Para el diagnóstico de todas estas alteraciones disponemos de numerosas pruebas de diferentes tipos al estudiar la función o la estructura del tiroides.

Entre diferentes pruebas analíticas los niveles circulantes de diferentes hormonas orientan sobre el estado hiper, normo o hipofuncionante tiroideo. Una vez conocido el estado funcional es necesario conocer que enfermedad, en concreto, es responsable de dicha alteración ampliando el estudio.

En sangre se puede valorar la presencia de diferentes autoanticuerpos contra nuestro propio tiroides que diagnostiquen diferentes procesos autoinmunes.

Asímismo pruebas de imagen como la ecografía o la gammmagrafía detectan anomalías estructurales de la glándula. En el caso de la gammmagrafía nos puede añadir información sobre su estado funcional.

Finalmente el estudio citológico al microscopio de muestras del tiroides obtenidas mediante punción-aspiración permite valorar lesiones en la glándula y diagnosticar la presencia de un cáncer.

El Cáncer de tiroides en el anciano

El cáncer de Tiroides es un tumor relativamente infrecuente tanto en la población general como en el anciano afectando aproximadamente al 1% de la población. En el paciente mayor sigue siendo un tumor raro aunque se sabe que con la edad hay un peor pronóstico general de esta enfermedad y una distribución diferente entre los diferentes tipos histológicos de cáncer tiroideo.

Los pacientes con cáncer de tiroides presentan habitualmente un estado de función tiroidea normal con algunas excepciones. Por lo tanto la presencia de un nódulo tiroideo, una masa en la región anterior del cuello, adenopatías en la región o en ocasiones metástasis a distancia como primer hallazgo de la enfermedad, es lo que nos pone en la pista de esta patología.

El diagnóstico se realiza mediante la obtención de material sospechoso de enfermedad tumoral mediante punción con aguja fina o una biopsia.

El tratamiento en general es quirúrgico valorando el caso en función de la situación general del paciente y del tipo tumoral más o menos agresivo. Según la histología del tumor existen apoyos al tratamiento tanto en la detección de restos tumorales tras el procedimiento quirúrgico, como en su supresión mediante radioyodo en tumores diferenciados que mantienen su captación. En estos casos el uso de hormona tiroidea a dosis supresoras de la TSH intenta inhibir el crecimiento de restos de tejido dependientes de esta última. Otras terapias como radioterapia externa o quimioterapia tienen su papel en algunos casos.

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