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Salud Mental

Los trastornos de la personalidad

Los trastornos de la personalidad¿Que entendemos por personalidad?

La personalidad puede definirse como el conjunto de rasgos emocionales y de conducta que caracterizan a una persona en su vida diaria y que son relativamente estables y predecibles.

Los rasgos de personalidad son pautas duraderas en la forma de percibir, relacionarse y pensar acerca del entorno y de sí mismo, que se hacen patentes en amplios contextos sociales y personales.

Solo cuando los rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos, y causan deterioro funcional significativo o malestar subjetivo, puede diagnosticarse un trastorno de la personalidad.

¿Que son los trastornos de la personalidad?

La manifestación esencial de un trastorno de la personalidad es un patrón duradero de conductas y experiencias internas que se desvía marcadamente de lo que culturalmente se espera del individuo y que va más allá de lo habitual en la mayoría de las personas. Este patrón es inflexible y desadaptativo en un amplio rango de situaciones personales y sociales, y conduce a una perturbación clínicamente significativa o a deterioro social, ocupacional, o de otras áreas del funcionamiento. El patrón es estable y de larga duración, y su comienzo puede ser rastreado por lo menos desde la adolescencia o adulto temprano. No puede ser interpretado como una manifestación o consecuencia de otro trastorno mental y no se debe, al efecto fisiológico directo de una sustancia (p.ej.: drogas de abuso, medicación, o exposición a sustancias tóxicas) o a condición médica general (p.ej.: traumatismo craneal). Existen criterios específicos de diagnóstico para cada trastorno de la personalidad.

¿Cómo se llega a desarrollar un trastorno de la personalidad?

La expectativa de desarrollar un trastorno de la personalidad a lo largo de la vida, está en torno al 5% y la prevalencia, es decir, el número de casos encontrados oscila entre el 10,3% y el 13%.

El origen de los trastornos de la personalidad continua siendo desconocido. No obstante, en la actualidad existe gran consenso a la hora de afirmar que la personalidad se desarrolla a partir de la interacción entre un conjunto de disposiciones hereditarias y de influencias ambientales. Es necesario realizar más investigaciones para aclarar los factores psicológicos y/o biológicos que causan el trastorno de personalidad.

¿Cuándo sospechar un trastorno de la personalidad? Características generales de los afectados.

Los síntomas varían ampliamente en los individuos y difieren de acuerdo con el diagnóstico. Estas personas muestran dificultades para enfrentar la vida y el medio ambiente. Las características generales de los afectados son: 1) conductas que se adaptan mal, con un inicio precoz en la adolescencia o al comenzar la vida adulta 2) conductas que afectan a todas las áreas de la personalidad, procesos cognitivos y motivacionales, el estilo propio de relación en definitiva, causando problemas a los demás y a sí mismos en casi todas las facetas de la vida 3) dificultades en el control de los impulsos y en las necesidades de gratificación 4) comportamientos estables, predecibles y que se mantienen durante casi toda la vida.

¿Cómo se clasifican?

Los trastornos de la personalidad están estructurados en tres grupos (según la clasificación del DSM-IV).

El grupo A comprende aquellas personas que suelen ser consideradas como extrañas o excéntricas e incluye los trastornos de la personalidad paranoide, esquizoide y esquizotípico.

Estas personas son muy aisladas, desconfiadas, con dificultad para procesar la realidad que los rodea y no pueden diferenciar la información que proviene del exterior con la generada por ellos.

  • Trastorno paranoide de la personalidad: Desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva
  • Trastorno esquizoide de la personalidad: Dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica.
  • Trastorno esquizotípico de la personalidad: Anormalidades de la percepción, pensamiento, del lenguaje y de la conducta; que no llega a reunir los criterios para la esquizofrenia.

El grupo B comprende personas con una clara inclinación al dramatismo, muy emotivas y con conductas erráticas e incluye los trastornos de personalidad histriónico, narcisista, antisocial y límite. A estas personas les cuesta mucho controlar sus impulsos. Son muy inestables emocionalmente, lo que les ocasiona ciertos problemas para adaptarse a su entorno.

  • Trastorno histriónico de la personalidad: Conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación.
  • Trastorno narcisista de la personalidad: Sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración.
  • Trastorno antisocial de la personalidad: Conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los demás. Se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta.
  • Trastorno límite de la personalidad: Inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta interpersonal.

El grupo C comprende a personas que acostumbran a ser ansiosas y temerosas e incluye los trastornos de personalidad por evitación, por dependencia y el obsesivo compulsivo, así como una categoría llamada trastorno de la personalidad no especificado( que incluye el trastorno pasivo agresivo de la personalidad y el trastorno depresivo de la personalidad).

Son personas muy inseguras, ansiosas y con muchos miedos, que ponen en marcha una serie de mecanismos de defensa cuando se sienten amenazados, los cuales determinan los distintos tipos de personalidad.

  • Trastorno de la personalidad por evitación: Hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza. Retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima.
  • Trastorno de la personalidad por dependencia: Pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias. Subordinación e incapacidad para valerse solo. Falta de autoconfianza.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo: Perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento. Dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas.

¿Cómo saber o confirmar que estamos ante un trastorno de la personalidad? ¿Cómo se distinguen de otros trastornos mentales?

Una entrevista clínica hábilmente realizada, es un elemento fundamental en el diagnostico de un trastorno de la personalidad, y es particularmente útil si el clínico está familiarizado con los criterios de clasificación (de la DSM-IV o la ICD-10). Para esto se debe tener una visión longitudinal y deben usarse varias fuentes de información.

Un instrumento de evaluación de los trastornos de la personalidad autoadministrado y estructurado sería de gran utilidad, ya que evaluaría de manera sistemática cada criterio con el uso de preguntas estandarizadas. Las entrevistas estructuradas que requieren el uso de ciertas preguntas por parte del entrevistador facilitan el diagnostico de varias formas .

Es muy frecuente que los trastornos de la personalidad aparezcan ligados a más trastornos mentales como trastornos del estado de ánimo, trastornos de pánico y ansiedad, trastornos psicóticos, abuso de sustancias, trastorno por estrés postraumático, trastornos de la conducta alimentaria y otros trastornos psíquicos. Se deberá hacer un buen diagnóstico diferencial con respecto a los trastornos más parecidos porque esto tendrá efectos a la hora de aplicar el tratamiento adecuado.

Muchas personas muestran rasgos que no se limitan a un único trastorno de la personalidad. Si el paciente cumple criterios para más de un trastorno, debería recibir todos los diagnósticos necesarios.

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Categorías: Enfermedades, Salud Mental,
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