¿Qué es una herida?
Se denomina herida a toda solución de continuidad en la piel o en las mucosas que produce una separación de los tejidos permitiendo la extravasación o salida de sangre y la entrada de gérmenes u objetos extraños que pueden producir infecciones.
Existen varias clasificaciones de las heridas:
- Según su profundidad: erosiones, heridas superficiales y heridas profundas.
- Según su forma: lineales o irregulares.
- Según el agente causal: heridas punzantes, incisas, por arma de fuego, contusas o por desgarro (ésta es la clasificación más utilizada).
- Según su pronóstico: leves y graves o complicadas.
- Según la localización: craneales, torácicas, abdominales o de los miembros.
Causas y manifestaciones clínicas
La causa habitual de las heridas son los accidentes ya sean domésticos, laborales, de tráfico o deportivos. Las más frecuentes son las que tienen lugar en manos y pies, con objetos punzantes o cortantes.
- Heridas punzantes. Son producidas por clavos, agujas, anzuelos o incluso mordeduras de serpiente. La lesión es dolorosa, la hemorragia escasa y el orificio de entrada poco evidente. Se consideran peligrosas porque pueden ser profundas, haber perforado vísceras y provocar hemorragias internas. Tienen mayor riesgo de infección.
- Heridas cortantes o incisas. Se producen con objetos afilados como vidrios, cuchillos o latas, pueden seccionar músculos o tendones y nervios. Los bordes de la herida son limpios y lineales, la hemorragia puede ser escasa, moderada o abundante, dependiendo de la ubicación, número y calibre de los vasos seccionados.
- Heridas por arma de fuego. Generalmente tienen un orificio de entrada pequeño, redondeado y limpio, cuando hay orificio de salida éste es de mayor tamaño. La hemorragia depende de la lesión o no de algún vaso sanguíneo, además puede haber fracturas o perforaciones viscerales.
- Heridas contusas. Se producen por golpes con palos, piedras, puños u objetos duros. En ellas hay dolor y hematoma, ocasionan generalmente daño a los tejidos blandos situados entre el hueso afecto y el objeto contundente. Suelen ser heridas cerradas y cuando a la contusión se suma una herida abierta se denomina herida inciso-contusa.
- Heridas por desgarro o laceradas. Son las que producen objetos con bordes dentados (motosierras, serruchos, bordes de latas etc.). Ocasionan desgarramiento de los tejidos, suelen sangrar abundantemente y los bordes son irregulares.
Tratamiento. ¿Cómo se soluciona?
Inicialmente hay que valorar la gravedad, si hay hemorragia en primer lugar hay que parar dicha hemorragia y conviene seguir los siguientes pasos:
- Presión directa sobre la herida con algo limpio durante unos minutos; si se trata de una extremidad hay que elevarla.
- Si no cesa habrá que hacer presión directa sobre la arteria en los puntos de compresión de fácil localización.
- Torniquete (con una banda ancha o el manguito del aparato de la tensión), hay que anotar la hora en que se coloca el torniquete, aflojarlo cada 15 minutos durante 30 segundos, acudir cuanto antes a un Servicio de Urgencias.
- Heridas leves. Deben ser limpiadas, usando guantes, con una gasa (no utilizar algodón), o lavadas con agua abundante; después se aplicará un antiséptico y se cubrirá la herida con una gasa estéril y vendaje si fuese necesario. Se debe acudir a la consulta médica o de enfermería habitual para que la herida sea revisada, y tras la comprobación del estado vacunal del afectado proceder a la vacunación antitetánica, o no, según proceda.
- Heridas contusas. Requieren elevar la parte lesionada y aplicación de frío local (hielo, compresas frías) para reducir la hemorragia y la inflamación. Cuando la herida es importante lo indicado es aplicar un vendaje compresivo y pedir ayuda médica. Como consecuencia de este tipo de heridas puede producirse un shock. Para prevenirlo, o en todo caso atenuarlo, se debe recostar al herido con la cabeza vuelta hacia un lado y las piernas elevadas unos 30 centímetros. En todo caso, aflojar las ropas apretadas, y evitar la pérdida de calor abrigándolo convenientemente.
Pronóstico y complicaciones
El pronóstico depende del tipo de herida, la localización y las posibles complicaciones. Las complicaciones más frecuentes de las heridas son las siguientes: Hemorragias, hematomas, infecciones, abscesos, dehiscencia o separación de las suturas, necrosis, queloides (cicatriz grande y dura), y retraso en la cicatrización.
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