La idoneidad de la utilización de la heroína en el tratamiento de la dependencia de la misma no es una cuestión que se ha planteado en la última década, sino que se remonta a más de un siglo, pues aunque la heroína fue sintetizada por primera vez en 1874 por Wright en el St. Mary’s Hospital de Londres, los primeros intentos de su comercialización para el tratamiento de la dependencia de opiáceos aparecieron un cuarto de siglo después en Alemania, siendo entonces comercializada por la compañía farmacéutica Bayer.
Entonces la dependencia de opiáceos se debía al consumo de morfina. La idea de utilizar la heroína se basó en estudios iniciales que sugirieron su eficacia, aunque rápidamente se descubrió su capacidad adictiva, comprobándose que más que una cura lo que se conseguía era "otro curso" de la enfermedad.
Prescripción de heroína en el Reino Unido
Es en el Reino Unido donde hay una mayor experiencia en la utilización de la heroína como tratamiento de la dependencia de opiáceos, desde 1926 cuando se autorizó inicialmente, hasta la actualidad, aunque cada vez son menos los pacientes con este tratamiento. Así, aunque a mediados de siglo hubo un importante aumento de la prescripción médica de heroína, esta ha ido desapareciendo a favor de los tratamientos con metadona por varias razones:
Así la prescripción médica de heroína sólo está autorizada con objetivos clínicos en el Reino Unido (aparte de la que se prescribe en los proyectos de investigación que se están realizando en la actualidad en Holanda y Alemania), utilizándose sólo en el 1,6% de los paciente en programas de mantenimiento con agonistas, frente al 96% que suponen los de metadona. Esta diferencia en el porcentaje todavía se incrementa más, estipulándose la disminución de los pacientes que reciben prescripción de heroína en 30 por año. La dosis equivalente suministrada en la prescripción médica de heroína es tres veces mayor a la de metadona, con un rango de 10-1000 miligramos, el tipo de dispensación (suministración) más frecuente es la diaria, existiendo grandes diferencias en cuanto a la dosis y la forma según zonas, diferencias que dependen más de los prescriptores que de otras variables relacionadas con los pacientes o los hábitos de consumo de las zonas. Existe poco control de la dispensación, la cual se realiza principalmente en farmacias, lo que favorece el mercado negro.
Estudios en Suiza
Es en esta última década cuando se ha reabierto el debate sobre la prescripción médica de heroína gracias a una serie de estudios de investigación realizados en Suiza.
Los autores de los mismos pretendieron comprobar la utilidad de la heroína en el tratamiento de aquellos dependientes de opiáceos más graves, con más problemas médicos y sociales y que, además, habían fracasado previamente en otros tratamientos de su dependencia (principalmente varios fracasos en programas de mantenimiento con prescripción de metadona).
Los autores refieren que con la prescripción de heroína se consiguen mejorías en cuanto al estado de salud de los pacientes, la integración social y el empleo, así como disminuyen las actividades ilegales de los pacientes y el consumo ilegal de heroína y otras sustancias (por ejemplo de la cocaína). Uno de los datos que más han destacado los autores de este trabajo es que con la prescripción de heroína se conseguía una mayor adherencia de los pacientes a las instrucciones del tratamiento y se mantenían con más frecuencia en el programa (es decir habían menos abandonos del tratamiento).
Sin embargo estas afirmaciones han sido fuertemente criticadas por el resto de la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues este estudio presenta importantes defectos de forma:
Proyectos de investigación de otros países
El interés científico que este debate ha suscitado se ha visto plasmado en otros proyectos de investigación ya concluidos. Así mismo, también se ha creado un importante debate socio-político que ha paralizado, en espera de resultados más concluyentes de los estudios en curso, la realización de otros proyectos en países como Australia, Canadá y España. Entre estos dos extremos, tenemos el caso de Holanda y Alemania donde se están realizando varios estudios en la actualidad.
Conclusiones
Con los resultados que hasta la actualidad se disponen no se puede decir que la prescripción médica de heroína sea efectiva en el tratamiento de los dependientes de opiáceos, pero tampoco lo contrario.
Por ello es necesario que se realicen más estudios de investigación que aclaren la controvertida cuestión que en estas líneas se ha pretendido exponer. Estos estudios deben cumplir las condiciones científicas que permitan posteriormente afirmar que la prescripción de heroína puede ser una alternativa más en el tratamiento de los pacientes dependientes de opiáceos, algo que en la actualidad no se puede afirmar y por lo tanto debe actuarse en consecuencia y con precaución.