INICIO | QUIÉNES SOMOS | CONTACTO | AVISO LEGAL | INICIAR SESIÓN
Actualidad

Enfermedades infecciosas

Enfermedades infecciosasLa temida legionela vuelve a ser protagonista este verano

La temida legionela está siendo, al igual que en los últimos veranos, uno de los epicentros de la atención sanitaria española. Y es que el número de brotes de esta bacteria aumenta cada año, sobre todo debido a la relación que tiene con el desarrollo de las nuevas tecnologías y las instalaciones modernas de control de calor.

La legionelosis es más habitual en las comunidades autónomas de Valencia, Cataluña y País Vasco que en el resto de España, según un estudio acerca del comportamiento de esta infección realizado por Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), coordinado conjuntamente por los miembros de esta sociedad, los doctores José Blanquer y Joan Caylà.

Según ha explicado el doctor Julio Ancochea, presidente de SEPAR, el origen más frecuente de esta infección es la eliminación de aerosoles producidos por torres de refrigeración e instalaciones de agua caliente. Otra forma de transmisión son las redes de distribución de agua potable y agua sanitaria. Asimismo, este experto destaca que el contagio en hospitales es el de mayor gravedad, ya que afecta a una población con sistema inmunitario deprimido.

Así, los neumólogos califican a la legionelosis como una enfermedad emergente, teniendo en cuenta su creciente prevalencia y su relación con el desarrollo de las nuevas tecnologías y las instalaciones modernas de control de calor. Así, muchos de los focos de infección suelen estar en los aparatos de refrigeración de los grandes edificios, que favorecen la difusión de partículas volátiles en el ambiente y, con ellas, la bacteria causante de la enfermedad.

Y es que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de casos aumentó un 763% entre 1997 y 2002. Sin embargo, en 2006, se notificaron a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica 1.278 casos; cifra que sitúa la tasa de incidencia en un 2,92 por 100.000 habitantes, por lo que ésta ha descendido desde 2002, año que registró 1.461 casos.

Una bacteria muy peligrosa

La legionelosis, enfermedad producida por la legionela, es una forma de neumonía bacteriana conocida también como enfermedad del legionario. Dicha bacteria (Legionella pneumophila) está muy extendida en la naturaleza y necesita para vivir y crecer la existencia de humedad y calor (entre 32ºC y 45ºC), por lo que su hábitat natural es el agua: ríos, lagos, corrientes y aguas termales contaminadas (humidificadores, torres de refrigeración, suministros de agua potable, etc). Existen unas 39 especies de esta bacteria.

El origen del nombre de la enfermedad data de 1976, cuando en una convención de la Legión norteamericana en Pensilvania 221 personas contrajeron un tipo de neumonía, hasta entonces desconocida, cuyo origen se situó en una torre de refrigeración del hotel donde se encontraban. Fallecieron 34 personas y, según el National Institute of Environmental Health Science de Estados Unidos, fue una muestra clara de cómo el ambiente puede afectar a la salud.

Si bien su principal mecanismo de transmisión son los aerosoles, que se forman en el proceso de refrigeración, hoy se sabe que la bacteria se puede adherir a las superficies y formar biofilms, pasando a ser un foco de diseminación. Así, se puede encontrar no sólo a las cañerías de agua sino también a aquellas zonas en las que el agua puede condensarse. Las áreas más sensibles son las torres de refrigeración o equipos de aire acondicionado, por ello el verano es la época en la que se producen más brotes de legionella.

Cuando el microorganismo se introduce en el organismo humano, generalmente a través del polvo ambiental, se produce un cuadro clínico que se caracteriza por una neumonía con fiebre alta y malestar general. En principio, no se diferencia de otros procesos neumónicos por lo que es necesario realizar un análisis de orina para poder diagnosticarla eficazmente.

La importancia de la detección precoz

Los efectos de la legionelosis tienden a ser más graves que los de una neumonía convencional, puesto que los síntomas iniciales, semejantes a los de un resfriado, son sólo los prolegómenos de otros –esputos con sangre, fuerte dolor torácico al respirar, etc.- que definen con más precisión la presencia de la infección. También puede conllevar manifestaciones neurológicas, como cefalea y confusión, provocar diarreas e incluso afectar al corazón, al páncreas o al riñón.

Aunque, en principio cualquiera puede contraer la enfermedad, la Legionella pneumophila suele afectar a los adultos mayores de 55 años, y uno de los factores desencadenantes suele ser el tabaquismo. También tienen riesgo de contraer esta infección las personas ancianas o enfermos de corazón, pulmón, riñón, diabetes, etc. Los niños, sin embargo, son los que menos probabilidades tienen de contagiarse.

En cuanto a la mortalidad, Blanquer constata “que puede alcanzar el 20 por ciento o el 25, e incluso el 40 por ciento en los casos intrahospitalarios que afectan a pacientes inmunodeprimidos, mientras que se sitúa entre el 3 y el 5 por ciento cuando se trata de brotes aislados”.

Asimismo, este experto destaca que “si la patología se trata a tiempo, el índice de mortalidad no supera el 6 por ciento, pero si pasan 48 horas sin hacerlo este porcentaje puede subir al 25 por ciento”. “De ahí –añade- que la detección precoz sea un factor esencial para mitigar los síntomas y poner freno a la agresividad de una bacteria que provoca el ingreso en la UVI de los casos detectados tardíamente”.

Mejor prevenir

En este contexto, la SEPAR destaca que el número de víctimas mortales desciende paulatinamente, debido a que ahora los métodos de detección son cada vez más rápidos y fáciles de efectuar. “Actualmente disponemos de antígenos urinarios específicos que permiten un diagnóstico más rápido y fácil; en cambio, no hace mucho teníamos que recurrir al esputo o la muestra de sangre retrospectiva cuando la enfermedad ya había remitido o era ya demasiado tarde”, comenta el doctor Blanquer.

Sin embargo, la prevención sigue siendo esencial en este tipo de patologías, y ésta pasa, sobre todo, por la limpieza y el mantenimiento adecuado de las torres de refrigeración de edificios públicos y privados, aunque también en los domicilios se pueden adoptar medidas cautelares, entre ellas, y como apunta este experto, es muy importante “limpiar bien los filtros de aire acondicionado y vigilar los depósitos de agua”.

A este respecto, desde esta sociedad médica también se insiste siempre en la necesidad de que todas las comunidades autónomas cumplan con las normas básicas establecidas para el cuidado de los circuitos de agua en los que se puede desarrollar la bacteria.

Y en concreto, los expertos destacan la zona mediterránea, que como se ha comprobado en el estudio, es más prolífera a las infecciones por legionela debido a las condiciones ambientales, aunque puede desarrollarse en cualquier lugar que cumpla determinadas condiciones de humedad y calor.

También te recomendamos:
Categorías: Actualidad,
Compártelo:
Email o nick Contraseña Cerrar ×
Conectar
Olvidé mi contraseña