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Salud de la boca

Blanqueamiento de dientes

Blanqueamiento de dientesBlanqueamiento en diente vital

En odontología se utiliza comúnmente el término blanqueamiento para designar las distintas técnicas encaminadas a tratar las tinciones intrínsecas de los dientes. Pero su finalidad no es obtener un color blanco, sino un diente más claro. Por lo tanto, utilizamos el término aclaramiento para designar el efecto que consigue el tratamiento sobre los dientes, y blanqueamiento para referirnos a las técnicas utilizadas para aclarar el color dentario.

Estas técnicas consisten en la aplicación de diferentes productos químicos sobre la superficie o en el interior del diente, a veces acompañados de la administración de calor o de luz para mejorar la eficacia del agente blanqueante.

Según la causa de las decoloraciones dentarias y, por lo tanto, la técnica para su tratamiento, distinguimos entre blanqueamiento de dientes no vitales y blanqueamiento de dientes vitales. Tanto en unos como en otros se distingue entre: tratamiento en la consulta dental, tratamiento en casa, y tratamiento combinado.

Blanqueamiento en diente no vital

Esta técnica se utiliza en dientes en los que se ha realizado previamente un tratamiento endodóntico. Empezaremos haciendo un diagnóstico detallado con historia clínica, exploración clínica y radiográfica para tener clara, en lo posible, la causa de la decoloración y el estado actual del diente.

Las indicaciones de esta técnica son:

  • dientes decolorados por muerte o hemorragia pulpar
  • dientes teñidos a causa de distintos materiales utilizados en tratamientos endodónticos previos.
  • fracaso de un blanqueamiento vital previo

Sus contraindicaciones son:

  • tratamiento de conductos incorrecto (limpieza y sellado incompleto del sistema de conductos)..
  • presencia de lesiones alrededor de la raíz.
  • signos de reabsorción de la raíz.
  • tinción provocada por empastes de plata, ya que en este caso el tratamiento es ineficaz.
  • empastes estéticos (blancos) mal ajustados y con filtración.

Técnica en la clínica dental 

1. Se realiza una limpieza de los dientes con copa de goma y pasta de pulir para eliminar cualquier tinción extrínseca que pueda tener el diente en cuestión.

2.Tomamos fotografías, o en su defecto tomamos el color del diente a tratar con la ayuda de una guía de colores para posteriores controles.

3. Estos dos primeros pasos se llevan a cabo tanto en el tratamiento en la clínica como en el tratamiento en casa.

4. Se ajusta una goma gruesa al diente con hilo de seda anudado. Además tanto el paciente, como el odontólogo y el auxiliar deben utilizar gafas protectoras. Todo ello se debe a que los productos utilizados son cáusticos.

5. Se realiza una cavidad en la cara del diente por la que se mastica para tener un acceso correcto y eliminar todos los restos de gutapercha (material que rellena los conductos de las raíces cuando se ha efectuado un tratamiento endodóntico) y se sella con un material (compómero, ionómero de vidrio, cemento de oxifosfato ó de policarboxilato, eugenatos) para evitar que el agente blanqueante difunda hacia la raíz, ya que ello provocaría una reabsorción de la misma.

6. Se coloca el agente blanqueador en el interior y el exterior del diente mediante una bolita de algodón y una gasa impregnados (generalmente es el peróxido de hidrógeno al 30%) y se aplica una fuente de calor para acelerar la reacción (lámpara térmica, espátula eléctrica, etc.).

Esta técnica cada vez se utiliza menos, ya que se asocia a un alto riesgo de reabsorción de raíz.

Técnica ambulatoria o en casa

Es la que más se utiliza por ser más segura ya que el riesgo de producir una reabsorción de raíz es mucho menor que con la técnica llevada a cabo en la clínica dental.

El diente se prepara como se ha descrito anteriormente y se introduce en su interior una mezcla con consistencia de gel a base de peróxido de hidrógeno al 30% y perborato sódico. Se sella con un cemento y se deja actuar durante una semana. Tras este tiempo se elimina y se repite la aplicación. El número de aplicaciones que se pueden realizar varía según los autores, pero sobre todo depende de la respuesta del diente al blanqueamiento.

Últimamente se están extendiendo productos comerciales de activación dual, es decir química y por luz, pudiendo utilizarse varias veces en una misma sesión. Éstos cambian de color según pierden actividad, marcando así el momento de su recambio. Su composición incluye peróxido de hidrógeno al 35%, sulfato de manganeso como fotoactivador, y sulfato de hierro como activador químico. En principio parecen productos seguros, ya que, al no utiliza calor el riesgo de reabsorción de raíces disminuye.

Blanqueamiento en diente vital

En esta técnica es fundamental un correcto diagnóstico clínico, sin confiar excesivamente en las indicaciones de los fabricantes, que nos ofrecen los productos como solución definitiva a todas las tinciones.

Está indicado en:

  • dientes con decoloraciones amarillentas.
  • dientes oscurecidos por el café, el tabaco, la edad, etc.
  • dientes con tinción leve por tetraciclinas (antibiótico que se administró durante el periodo de formación de los dientes).

Está contraindicado en:

  • tinciones graves por tetraciclinas, ya que en estos casos es muy poco eficaz.
  • caries abiertas.
  • empastes grandes de color blanco, ya que este material no se aclara y el diente sí.

Técnica ambulatoria 

Es el sistema más utilizado en la actualidad, ya que es sencillo y cómodo para el paciente y además económico. Se toman medidas de la boca del paciente con unas pastas (alginato) y se vacían en escayola para obtener unos modelos iguales a la boca de esa persona. Se confeccionan unas cubetas con planchas de plástico flexible de unos 2 milímetros de grosor, que sirven para transportar los agentes blanqueantes a la boca del paciente. Se prueban en boca para comprobar su adaptación y se le dan al paciente las instrucciones sobre el tiempo y la frecuencia de uso. La duración del tratamiento depende del número de horas diarias de exposición al agente, del agente utilizado y de la respuesta de cada caso.

Los agentes blanqueantes son el peróxido de hidrógeno al 1'5-10% y peróxido de carbamida al 10-15% en forma de geles de alta viscosidad. Los efectos secundarios observados son sensibilidad a cambios térmicos e irritación en algún punto de la encía. La sensibilidad desaparece suspendiendo el tratamiento unos días o disminuyendo el número de horas de exposición. La irritación gingival se produce por una mala adaptación de la cubeta y se soluciona corrigiéndola .

Técnica en la clínica 

Esta técnica se caracteriza por su potencia, por lo que está indicada en los casos más difíciles de pigmentación dentaria, ya sean solos o combinados con el sistema ambulatorio.

Utiliza el peróxido de hidrógeno al 25-35% y el peróxido de carbamida al 30-35%. Estos productos deben aplicarse cuidadosamente por el dentista sobre los dientes, habiendo aislado previamente los tejidos blandos de la boca con una goma o con resinas, ya que si contactan con ellos pueden producir quemaduras químicas con inflamación aguda, destrucción y desprendimiento del epitelio.

Simultáneamente puede aplicarse luz o calor para acelerar el proceso mediante lámparas de alta intensidad, instrumentos manuales calientes que se aplican sobre una gasa empapada en el agente blanqueante, termocubetas, etc., pero estos métodos están en desuso por lo engorroso que resulta y las molestias al paciente (dolor y sensibilidad al frío y al calor).

En los dientes con manchas de fluorosis (concentración excesiva de flúor en el diente) se utiliza ácido clorhídrico al 18-36%, el cual descalcifica el esmalte al aplicarlo sobre la superficie dentaria. Se utiliza con abrasivos como piedra pómez, discos de pulir, etc. Que eliminan el esmalte descalcificado y, con ello, la tinción localizada en él.

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