Los puzzles mejoran las habilidades espaciales de los niños

Los puzles son juegos de mesa que nunca pasan de moda, pero el lado divertido de este tipo de pasatiempos no es lo más relevante, sino la increíble capacidad que guardan para desarrollar, sobre todo en las primeras edades de nuestra vida, el apego por el conocimiento, y el incremento de nuestras habilidades cognitivas.

En efecto, los puzles no solo permiten a nuestros pequeños el desarrollo de su memoria, su motricidad o su adaptabilidad para el trabajo en equipo, sino que además permiten incrementar su capacidad espacial más que ningún otro juego.

Mi hijo… ¿Ingeniero?

Las investigaciones realizadas al respecto revelan que la práctica de este juego tan beneficioso en edades tempranas tiene una significativa repercusión en el desarrollo posterior de cada individuo, sobre todo en el campo de las matemáticas, la tecnología y la ingeniería.

En resumidas cuentas, los puzles representan una oportunidad asequible, fácil y sobre todo, muy divertida de contribuir al desarrollo de nuestros peques y potenciar su intelecto de una manera muy eficaz.

No son pocos los ensayos psicológicos que recogen las ventajas de estos pasatiempos, destacando además la participación de los padres en este tipo de actividades, algo que sin duda permite estimular en el niño sus ansias por aprender y adquirir mayor inteligencia, pero sobre todo, potenciar sus habilidades espaciales.

La inteligencia espacial

Lo que conocemos como “inteligencia espacial” forma parte de un modelo propuesto por el reconocido psicólogo estadounidense Howard Gardner, y se encuentra asociado a la habilidad de las personas para diferenciar y relacionar líneas, figuras, colores y demás componentes visuales dentro de un espacio tridimensional.

Se conoce además que los individuos que desarrollan la inteligencia espacial, adquieren la capacidad de almacenar recuerdos y procesar la información del mundo exterior a partir de imágenes, esquemas mentales y fotografías.

En otras palabras, resolver puzles junto a nuestros hijos, les permitirá asimilar la realidad de una forma mucho más eficaz, potenciando las relaciones espaciales de los objetos a su alrededor, identificando nuevas formas, y finalmente, logrando familiarizarse con el entorno que le rodea de un modo mucho más eficaz. (Fuente de la imagen: Pocoyo.com)

Las evidencias recogidas hasta la fecha ponen de manifiesto que los niños que juegan con puzles a partir del año de vida, presentan habilidades espaciales y cognitivas mucho más desarrolladas. Ello les permite sin duda a largo plazo, contar con nuevas herramientas para visualizar los sucesos mentalmente, resolver problemas e interactuar con los objetos.

No obstante, y como mencionábamos al comienzo, el alcance positivo de estos juegos llega incluso a influir en el rendimiento posterior en la escuela, principalmente en algunas asignaturas como las matemáticas, la computación y las ciencias.

Los padres: una “pieza” importante

Dentro del análisis efectuado a distintos hogares con niños entre uno y cuatro años, pudo comprobarse que, además del nivel socioeconómico de los padres, también influía en el desarrollo del pequeño el lenguaje utilizado por sus progenitores, especialmente a la hora de colaborar en equipo para resolver el puzle.

Como resultado, debemos destacar la importancia de utilizar un lenguaje espacial durante la resolución de estos juegos, como por ejemplo a la hora de describir las piezas que componen el puzle y sus características espaciales (“esta pieza es recta, esta otra es curvada. ¿La podemos poner aquí? ¿Qué lugar te parece mejor para colocarla?”).

Por otro lado, es necesario además dejar que el pequeño sea quien determine dónde deben colocarse las piezas, de acuerdo a la información suministrada por el padre y el análisis que él mismo puede hacer sobre la idoneidad de cada uno de estos elementos dentro del propio puzle.

Se ha llegado a demostrar que este tipo de “lenguaje” es un componente fundamental en el desarrollo espacial del niño y sus habilidades para identificar nuevas formas geométricas y familiarizarse con ellas, algo en lo que otros juegos como el Tetris o las piezas Lego tienen cabida para potenciar el desarrollo sano de nuestro pequeño.

Fuente: BebesyMas - iMujer