Llamamos convulsiones a las contracciones enérgicas e involuntarias de los músculos esqueléticos del organismo secundarias a descargas cerebrales originadas por una irritación de centros nerviosos motores. Son de comienzo súbito y generalmente de corta duración. Pueden ser:
Tónicas: Son contracturas persistentes de los músculos que al tocarlos dan la sensación de estar endurecidos.
Clónicas: Son contracciones más amplias que originan en las extremidades movimientos de flexión y extensión.
Ambos tipos pueden coincidir, como ocurre en el llamado ataque epiléptico.
¿Cómo pueden ser las convulsiones?
Pueden ser:
Generalizadas: Afectan a todo el cuerpo
Parciales: Afectan a un miembro o a una parte del cuerpo
Por si solas no son una enfermedad, sino la manifestación de un trastorno de la función cerebral que se expresa de forma súbita.
Gran cantidad de procesos o enfermedades pueden acompañarse de convulsiones:
Por todo ello deducimos que toda convulsión, aunque haya cedido, debe ser estudiada por el médico para que pueda diagnosticar su causa.
Ataque epiléptico
La epilepsia es una enfermedad crónica, en la cual, la mayoría de las veces no se encuentra una causa que la origine; en otras ocasiones, tras el estudio pertinente, encontramos un foco de descarga cerebral anormal.
Características del ataque epiléptico
Aura o sensación premonitoria de la crisis; pueden ser movimientos de masticación, chasquido de los labios, alucinaciones olfatorias o visuales, contracciones localizadas en un músculo...
Tras el ataque aparece:
Al despertar, el enfermo no recuerda nada.
Recomendaciones en la atención del ataque epiléptico
En los niños son frecuentes las convulsiones por distintas causas:
Casi todas ellas, salvo las debidas a epilepsia, suelen desaparecer hacia los tres años de edad. La atención al niño con convulsiones es en líneas generales igual que en el adulto; en los casos en los que sean debidos a fiebre muy elevada, deberemos bajar la temperatura con paños de agua fría en la cabeza, friccionando con alcohol el pecho y los miembros. En el espasmo del sollozo, soplarle en la boca, subirlo y bajarlo cogiéndolo por los brazos; saber que este es un proceso banal.