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Vivir sano

Practicar ejercicio, clave para tener una vida sexual más satisfactoria

Practicar ejercicio, clave para tener una vida sexual más satisfactoriaSon evidentes los incontables beneficios que podemos obtener de una práctica física regular. Junto a una alimentación balanceada y responsable, cualquier rutina de ejercicios puede ayudarnos a combatir el sedentarismo o la obesidad, y contribuir a nuestra calidad de vida en sentido general. Sin embargo, ¿Influye también el deporte en nuestra vida sexual? Pues desde ahora te adelantamos que sí existe una conexión, pero te recomendamos que no te pierdas las siguientes líneas si quieres conocer un poco más sobre este tema tan interesante.

Sexo y deporte van de la mano

En realidad, no es difícil imaginar que, si el deporte influye positivamente en todos los aspectos de nuestra vida, de seguro también puede intervenir en nuestra vida sexual. Ahora bien, la cuestión que más nos interesa en este caso, es cómo. ¿Cómo mejora el sexo nuestro rendimiento en la cama?

En primer lugar, debemos anotar que la actividad física regular, especialmente las rutinas de fuerza, son capaces de estimular nuestros procesos hormonales, y tanto la testosterona en el hombre, como los estrógenos en la mujer, se encuentran asociados al deseo sexual, lo que en otras palabras significa que, con un entrenamiento deportivo, nuestra libido aumenta considerablemente.

A su vez, las endorfinas también juegan un papel importante en esta conexión, pues son hormonas producidas a partir de la actividad física, y que intervienen en nuestras sensaciones de placer, potenciando el orgasmo y mejorando la actividad de nuestro sistema nervioso. Si además tenemos en cuenta que el deporte beneficia nuestro sistema circulatorio, podemos decir que también favorece la irrigación sanguínea de nuestros genitales, haciéndolos funcionar de manera óptima.

Por otra parte, la práctica regular de ejercicios físicos, guarda también un componente psicológico positivo para nuestra sexualidad, y es que, cuando nos sentimos en forma, nuestra autoestima también se favorece, por lo que nos mostraremos más desinhibidos y cómodos durante la práctica del coito.

Pero no se trata solamente de un problema de confianza, sino que nuestra resistencia en la cama es otro de los factores que se benefician del deporte, pues nuestro rendimiento cardiovascular aumenta, como también lo hace nuestra capacidad pulmonar, nuestros músculos y nuestra circulación sanguínea.

En resumen, todo son ventajas.

¿Cuáles son los deportes más recomendados?

A grandes rasgos, cualquier actividad física que desarrollemos, incluso las de bajo o moderado impacto, supondrán un cambio para nuestra vida sexual. No es necesario acudir religiosamente al gimnasio y dejarnos la piel, pues basta con practicar sencillas rutinas aeróbicas como andar, pasear en bicicleta, correr, nadar, o trabajar con la elíptica. Un par de sesiones de manera semanal serán más que suficientes para comenzar a notar los primeros resultados, pues nuestro cuerpo experimentará un mejor nivel circulatorio, además de que la presión arterial también disminuirá, y tendremos menos concentración de triglicéridos y ácido úrico en sangre.

A su vez, y como nos aconsejan en este artículo de SportLife, existen también otras rutinas físicas más específicas para optimizar nuestro rendimiento sexual, como pueden ser los ejercicios de flexibilidad, que trabajen la espalda y los glúteos, algunos ejercicios de fuerza moderada enfocados a ejercitar el abdomen, la pelvis y la parte baja, y finalmente, los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, que son aquellos orientados a trabajar el músculo pubocoxígeo, responsable de la intensidad y la duración de nuestros orgasmos.

Como nota final, cabe añadir que la práctica de ejercicios físicos, debe ser asumida con responsabilidad, si bien un entrenamiento demasiado exigente puede ser contraproducente para nuestra salud y nuestro estilo de vida.

Ejercicios físicos para la disfunción eréctil

La impotencia masculina, amén de su factor psicológico tan importante, es también una consecuencia directa de la mala circulación sanguínea en nuestro organismo, y en especial en el pene. Precisamente, aquí es donde una rutina de ejercicios puede ayudarnos, pues basta con correr a velocidad moderada unas dos o tres veces por semana para disminuir esta incapacidad tan desagradable.

Por supuesto, un estilo de vida sedentario, el consumo de alcohol o drogas, así como una alimentación poco saludable, también son elementos a tener en cuenta, pues inciden además en nuestra presión arterial, y por ende, condicionan la fuerza y el tiempo en que el pene permanece erecto durante su excitación.

Así lo confirma un estudio realizado en la Universidad Emory en Atlanta, Estados Unidos. Según la encuesta realizada, los hombres por debajo de los 40 años que practicaban ejercicios con regularidad, respondían con mayor intensidad al estímulo sexual, e incluso, algunas personas analizadas pertenecientes a la tercera edad y que eran activas físicamente, también mostraron una reducción en las probabilidades de padecer una disfunción eréctil.

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