La psicología de las escape rooms

Los escape rooms se han vuelto cada vez más populares. Hace ya años que llegaron para quedarse, y aunque cuentan con una trayectoria más larga de lo que probablemente imaginamos no cabe duda de que su popularidad se ha visto en auge de un tiempo a esta parte. Experimentarlos es algo que todos debemos vivir al menos una vez en la vida, pues ponen a prueba nuestro ingenio y, según el escape room, también nuestro valor; pero diseñarlos también levanta pasiones entre los aficionados a este arte. No cabe duda de que diseñar una historia interactiva que el usuario debe vivir en primera persona e ir desentrañando poco a poco es emocionante, pero también debemos ser conscientes de que detrás de cada escape room hay todo un proceso psicológico, y ya no solo por parte del diseño, sino también por nuestra parte. 

Un escape room no deja de ser una experiencia que nos mantiene encerrados en un acertijo que debemos resolver para poder escapar, y aunque su principal componente es, sin lugar a dudas, la diversión, también lo es necesariamente la inteligencia, los reflejos, el ingenio y en algunos casos la picardía. Así pues, ¿qué rol juega la psicología en los escape rooms? Vamos a echarle un vistazo a esta cuestión.

¿Qué procesos psicológicos intervienen en un escape room?

Hay que tener en cuenta que el objetivo final de todo escape room es contar una historia, y para ello debe transportarnos al sitio en el que esa historia tiene lugar. Eso implica, en primer lugar, que hemos de ser capaces de recurrir a nuestra imaginación ya no solo para que la experiencia sea más divertida sino también para comprender nuestro papel en ella.

El punto de partida de todo escape room supone un entorno desconocido en el que la mente debe adaptarse rápidamente, pues no solo debe conocer con mayor profundidad lo que le rodea sino, también, buscar posibles pistas para desentrañar el misterio.

Dentro de la psicología del escape room la parte primordial de la experiencia es la comunicación, la cooperación y el trabajo en equipo, por lo que se trata de una actividad en la que no podemos recurrir al individualismo o al “ya lo hago yo”. Cooperar implica que el espacio en el que os encontréis puede ser registrado de forma más rápida en busca de pistas, llegando un punto en el que pueden ponerse en común no solo los hallazgos sino también las conclusiones. En definitiva: se trata de un juego necesariamente social y en el que intervienen, de forma inexorable, procesos psicológicos relacionados con este aspecto de nuestra personalidad. 

Además de formar parte de un equipo, debido a la naturaleza de la historia en la que nos hallemos enfrascados tendremos que sacar a relucir nuestras mejores habilidades, pues en un escape room se presentan pruebas de diferentes naturalezas: no basta con observar, muchas veces es necesario ser bueno en matemáticas, tener alguna referencia literaria o sencillamente ser bueno manipulando objetos, pues las más de las veces las pistas que debemos encontrar se encuentran ocultas en puzles que debemos resolver para poder dar con ellas. Todo el equipo debe aportar su granito de arena, y eso hace que intervenga nuestra psicología y nuestro autoconcepto al definir qué se nos da bien y en qué podemos ayudar a nuestro grupo. Además, y en esta misma línea, al tratarse de una actividad tan emocionante y a contrarreloj rara vez sientes que estorbas, pues tú mismo te esfuerzas en buscar respuesta a las incógnitas que van saliendo y no tardarás en darte cuenta de que tú también eres valioso. La autoestima es también un proceso que se ve beneficiado por esta actividad.

El liderazgo también resulta en una actividad de estas características, si bien el objetivo es que quede opacado. Lo ideal es que al iniciar el escape room cada miembro del equipo procure buscar una pista independiente o como máximo en grupos de dos, pues si todos los componentes revisan al mismo tiempo los mismos elementos probablemente solo destaque la opinión y las conclusiones del que se considera el líder, por lo que todo esfuerzo de cooperación se ve mermado y difícilmente se avanzará en el juego si el cabeza se equivoca.

Además, permite una mejor recepción a la crítica, ya que el objetivo común de superar la prueba y alcanzar el objetivo supera por norma general el ego del momento, siendo consciente de que en algunas ocasiones las pistas pueden llegar a conclusiones equívocas y debemos estar abiertos a la posibilidad de no estar en lo cierto. Lo ideal es llevar a cabo un escape room en un grupo grande que permita desarrollar nuestro rol de manera más específica sin perder el norte de lo que es el equipo, pero no todos los escape rooms están orientados a grupos grandes sino más bien a grupos reducidos. Si cuentas con un grupo grande y quieres llevar a cabo una actividad de estas características, lo ideal es que revises las propuestas que encontrarás en https://thexdoorbarcelona.com/escape-room-grupos-grandes/. 

¿Por qué resulta tan estimulante un escape room?

Como hemos podido observar son muchos los conceptos y procesos psicológicos que intervienen a la hora de realizar un escape room, pero ¿por qué resulta tan estimulante?

Si estamos acostumbrados a leer o a visualizar historias en la gran pantalla no cabe duda de que tener la oportunidad de formar parte de una es una experiencia única. Además, como hemos visto, un escape room refuerza nuestra autoestima al darle valor a nuestra aportación al grupo, y poner a prueba nuestro ingenio es siempre una idea fantástica para superarnos a nosotros mismos.

Es posible que de primeras nos parezca que el concepto pueda parecer agobiante: ¿y si no descubro nada? ¿Y si todo el mundo es más rápido que yo? ¿Y si no soy capaz de aportar nada? Pero nunca sucede tal como tememos. Una vez estamos dentro de la sala notamos cómo la adrenalina se adueña de nosotros, y ya no es solo una cuestión de estímulos o de emoción sino de pundonor: poder resolver el acertijo que es el escape room a tiempo, o incluso batiendo un récord, es muy satisfactorio, y es por eso que conforme nos zambullimos en la historia que el profesional nos ha preparado olvidamos todo lo demás: tenemos un objetivo común y lo vamos a alcanzar.