La ansiedad es un concepto de miedo, sin saber la persona realmente a "qué". Se puede considerar una reacción normal frente a cualquier hecho o suceso extraño, y que se produce ante lo desconocido, anormal, o imprevisible, lo que da lugar a una sensación de inquietud. La ansiedad deja de ser una reacción normal para pasar a ser un cuadro patológico cuando aparece en ausencia de causas lógicas que puedan dar lugar a su aparición.
La descarga de adrenalina es la causa principal de las manifestaciones clínicas de la ansiedad: Taquicardia, respiración rápida y superficial, sudación, sequedad de boca, escalofrios, temblor, sensación de vacio en la boca del estómago, visión borrosa hipertensión, e incluso puede llegar a producir cuadros de tensión muscular dando lugar a situaciones de inestabilidad, y con el paso del tiempo, a la aparición de dolores corporales, en diferentes zonas del organismo.
Los cuadros de ansiedad de una intensidad elevada, sin ningún tipo de tratamiento, dan lugar, en algunos sujetos, a conductas inadecuadas, como beber alcohol en exceso, comer demasiado, fumar o automedicarse. Todo ello con un solo fin, aliviar la tensión emocional que su enfermedad le produce, pero dicha conducta contribuye, a largo plazo, a mantener el problema.
Ansiedad y alcoholismo
La relación existente entre trastornos psiquiátricos y el consumo de alcohol es de carácter bidireccional, uno da lugar al otro y viceversa. Esto se conoce a nivel científico como "patología dual" que viene definida como la relación de todas las sustancias de abuso y dependencia, con determinados trastornos psíquicos; aunque actualmente este concepto no se considera muy acertado ya que a nivel práctico psiquiátrico la comorbilidad de varios procesos ha sido siempre una constante, y de hecho da lugar a varios tratamientos, siendo importante no el tipo de tratamiento sino el discernir sobre que aspectos hay que actuar de forma principal al comienzo y cuales hay que dejar en un segundo plano.
Es comprensible que una persona alcohólica no debe ser a la fuerza una persona ansiosa, y una persona afecta de síndrome de ansiedad no tiene por que acabar con un problema de abuso o dependencia del alcohol como medida para mitigar sus males. Pero si que se sabe que:
Así comprobamos que en pacientes con trastornos de ansiedad la presencia de trastornos de alcoholismo se sitúa entre el 15-33%. La diferencia del intervalo depende del trastorno de ansiedad estudiado siendo máximo en trastornos de fobia social y menor en trastornos de pánico o de agorafobia.
En la gran mayoría de pacientes el trastorno de ansiedad aparece con anterioridad a la dependencia de alcohol, debido probablemente a que estas personas utilizan esta sustancia como un medio de autotratamiento para intentar disminuir las manifestaciones de ansiedad debido a las "conocidas" propiedades ansiolíticas del alcohol.
De otro modo comprobamos que en personas con trastornos de adicción al alcohol aparece de forma frecuente un síndrome de ansiedad., relación que se encuentra según estudios entre el 23% y el 69%. Variabilidad que depende del sexo, edad, o tiempo de adicción alcohólica.
También hay que entender que todos los estudios están sesgados debido a que la población general con problemas de adicción busca más ayuda para su rehabilitación a nivel médico que la población con los mismos problemas pero que además padece algún tipo de psicopatología.
Por todo ello hay unos conceptos básicos que hay que tener en cuenta en todos estos procesos:
Relación causal entre alcoholismo y ansiedad
Esta relación biunívoca que hemos comentado que se produce entre ambos trastornos, puede tener su base en diversos mecanismos:
¿Cómo diferenciar entre los diversos trastornos de ansiedad y de adicción alcohólica?
En primer lugar comprobamos que los síntomas vegetativos (nauseas, vómitos, sudor, etc..) y la ansiedad componen los síntomas fundamentales del síndrome de abstinencia al alcohol. Por tanto el primer paso para el estudio de un paciente alcohólico con sintomatología ansiosa es descartar entre todos los diagnósticos el de síndrome de abstinencia alcohólica.. Los síntomas de los trastornos de ansiedad generalizada y de la abstinencia son muy similares, diferenciándose principalmente en la cronologia de los sintomas, ya que la abstinencia suele aparecer en los periodos de disminución o interrupción de la ingesta y los trastornos de ansiedad generalizada suele tener un carácter más crónico. También se pueden diferenciar por la clínica, viendo que la presencia de temblor o signos vitales anormales son más sugerentes del síndrome de abstinencia.
Para poder diferenciar el síndrome de abstinencia de los cuadros de ansiedad generalizada, hay que tener en cuenta que en los cuadros de abstinencia, la ansiedad aparece bruscamente junto otros síntomas fisiológicos típicos de la abstinencia, para luego poco a poco ir disminuyendo. Sin embargo en los trastornos de ansiedad, la ansiedad continuará intensificándose durante varias semanas, volviendo a aparecer síntomas propios de la misma que habian sido enmascarados por el consumo del alcohol.
Se observa también una variabilidad entre los distintos subtipo de ansiedad, al estudiar las formas de comienzo de los síntomas de pacientes con problemas alcohólicos o afectos de trastornos de ansiedad. Así, los distintos tipos de fobia suelen preceder al inicio del trastorno por alcohol, mientras que por otra parte los síndromes obsesivo-compulsivos o los trastornos de pánico pueden comenzar antes, simultáneamente o después de la aparición de la adicción al alcohol.
Como norma general:
¿Cómo tratar la ansiedad en un paciente adicto al alcohol? ¿Cómo tratar la ansiedad en un paciente adicto al alcohol?
Los fármacos más usados son : Benzodiacepinas que son los fármacos de elección, pero con debidas precauciones. Otros tratamientos que pueden ser igual de eficaces son los betabloqueantes (propanolol), y la buspirona.
En los últimos años se están utilizando y con gran porcentaje de aciertos los inhibidores selectivos de la serotonina (Paroxetina, Fluoxetina, etc...), en algunos trastornos de ansiedad con marcada afectividad, y con la ventaja añadida de que se evita la posibilidad de que el sujeto pueda abusar de las benzodiacepinas.