Goniómetros en fisioterapia: cómo y por qué se utilizan

Los goniómetros son instrumentos que sirven para medir los ángulos y que pueden ser utilizados en muchos sectores diferentes, aunque uno de los más habituales es el de la fisioterapia. En esta guía queremos darte todas las razones de porqué esta herramienta es tan importante dentro de las utilizadas por un fisioterapeuta y cómo puede determinar el uso de un tratamiento o de otro según lo que marque el goniómetro.

¿Qué es un goniómetro?

Como hemos mencionado en la introducción, se trata de una herramienta que su principal utilidad es la de medir un ángulo. Aunque su origen estaba destinado para otros usos, bien es cierto que se fue adaptando y modificando algunos de sus aspectos para hacerlo más acorde con lo que se buscaba en el sector sanitario.

Este producto lo forman dos reglas que van a variar su longitud según para lo que se vaya a utilizar, ya que puede medir tanto el ángulo que forma un dedo al doblarse, como también el de una rodilla al extenderse o flexionarse, debiendo ser en este último caso más largo que el primero. Sin embargo, ambos van a tener la misma función y por lo tanto, van a tener la misma estructura por lo general. En esta estructura nos encontraremos con dos reglas que pueden estar graduadas o no, según el modelo que hayas adquirido, aunque los especialistas de OrtopediayMas recomiendan que, siempre que se tenga opción, se elija uno de los modelos que cuenten con milímetros o centímetros ya que su funcionalidad será mucho mayor. Estas dos reglas estarán unidas por un semicírculo o círculo según la herramienta que se compre, que contará con diferentes graduaciones pudiendo ser de 180 o de 360 grados, siendo esta última la mejor ya que contarás con más posibilidades a la hora de realizar las mediciones de los ángulos de las articulaciones.

Cómo se utiliza un goniómetro en fisioterapia

Aunque cuando una persona va a un fisioterapeuta piensa que su función principal es la de reducir o eliminar las contracturas de la espalda, su trabajo va mucho más que eso, ya que, por ejemplo, nos encontramos con la rehabilitación de músculos y articulaciones después de una lesión o de un accidente, ayudándonos a que podamos desplazarnos mejor y que nuestra musculatura cuente con la fuerza y tonicidad necesaria para poder realizar correctamente sus funciones.

Una de las herramientas que más se utilizan en este campo, como también en el sanitario o médico, son los goniómetros y queremos explicarte el uso que se le da. Cuando se tiene un accidente, una lesión, o eres una persona sedentaria, los músculos de nuestro cuerpo, incluyendo, por supuesto sus tendones y ligamentos, pueden llegar a acortarse por una contractura, un mal uso de un calzado o porque no se le da el correcto uso o simplemente lo utilizamos poco. Una mala postura, por ejemplo, puede ocasionar que los músculos de la espalda estén contraídos, se endurezcan, se produzcan los famosos nudos tan dolorosos y que esto haga que la espalda duela o tome una inclinación no deseada.

Algo parecido puede ocurrir con las piernas y brazos, ya que en muchas ocasiones, sobre todo cuando la persona ha sufrido una lesión de ligamentos, los músculos se acortan y esto hace que la extensión o flexión de la pierna sea más corta de lo que debería, algo que para muchas personas no tiene ninguna importancia, pero esto puede llegar a convertirse en un problema mayor ya que si no se pone medios, seguirá afectando a otros músculos consiguiendo que el problema llegue a peores consecuencias.

¿Por qué se utilizan los goniómetros en fisioterapia?

Cuando los problemas de movilidad llegan, el primer paso que un fisioterapeuta debe realizar es medio el ángulo que es capaz de alcanzar la articulación, ya que de esta manera podrá comprobar, más adelante, el alcance de la lesión y también las mejorías que va teniendo con cada uno de los tratamientos que se vayan realizando.

Es decir, si tenemos la articulación del codo, la cual no consigue extenderse hasta un ángulo recomendable o dentro de la media, el profesional deberá de trabajar con la persona para que, según su movilidad se vaya mejorando este problema, consiguiendo que cuando pasen un par de meses, la persona pueda moverla unos grados más, y de esta manera, poco a poco y midiendo se pueda llegar lo que más se recomienda.