El SIDA es una enfermedad en la que se produce una disminución de las defensas del organismo en personas menores de sesenta años de edad.
Esta falta de células defensivas conlleva graves infecciones producidas por gérmenes que en condiciones normales no las producen.
La enfermedad esta causada por un virus llamado VIH o virus de inmunodeficiencia adquirida que copia el código genético afectando a los linfocitos o células defensivas e impidiendo al organismo que se defienda ante agresiones e infecciones causadas por hongos, virus y bacterias.
Las alteraciones que este virus produce en la boca son muy importantes ya que la aparición de las lesiones orales puede ser la primera manifestación de la enfermedad. La disminución de defensas afecta especialmente a esta zona, donde su papel defensivo es fundamental para evitar cualquier tipo de infección en el resto del organismo.
En cuanto al origen del virus, cabe decir que existe una gran controversia. Existen distintas hipótesis pero las que más validez parecen tener en la actualidad son las que señalan como portadores del virus original a los simios, bien los monos verdes africanos, bien los monos cautivos.
¿Cómo se transmite el sida?
Aunque el virus se ha aislado en sangre, semen, secreciones vaginales, lágrimas, saliva, leche materna y líquido cefalorraquídeo, esto no significa que todas éstas sean vías de transmisión, sino que se ha comprobado que realmente se propaga solamente a través de sangre, semen o flujo vaginal.
Es por ello que las vías responsables son por una parte la sexual, por otra la vertical, es decir de la madre al niño durante el embarazo, la vía parenteral por la utilización de jeringuillas contaminadas y la que puede darse en las transfusiones tanto de sangre como de derivados de la misma.
Para que se produzca la enfermedad será necesario que haya una transmisión de importante cantidad de virus, que puede darse en una sola ocasión o en varias inoculaciones pequeñas.
¿Que síntomas hacen sospechar la enfermedad?
Gracias a los estudios actuales se ha podido averiguar que tras el primer contacto con el virus el individuo puede no presentar ningún síntoma (en el 30% de los casos), o bien sufrir un síntoma de tipo gripal que remite en uno o dos meses, y en el futuro, ante una disminución de defensas, el enfermo entraría en una etapa llamada de CRS en la que dos o más signos están presentes.
A nivel general los síntomas más significativos son la inflamación de los ganglios que están localizados en lugares no inguinales, existencia de fiebre de 38ºC o más, que puede ser continua o intermitente. Además, otro signo propio es la pérdida de peso de un 10%, diarreas, malestar general y sudoración continua.
Estos signos siempre deberán complementarse con datos de laboratorio que verifiquen la presencia del virus en el organismo.
A nivel oral se pueden producir diversas alteraciones que se han clasificado según su frecuencia de aparición y, por tanto, su mayor o menor asociación con este virus.
Normalmente las lesiones más frecuentes son la candidiasis, también conocida como hongos, leucoplasias, periodontitis agresivas, sarcoma de Kaposi y linfoma no Hodking.
Otras lesiones orales menos frecuentes son aquellas que afectan a las glándulas salivares, enfermedades víricas tipo herpes, manchas etc. y, en menor grado, infecciones producidas por bacterias o por distintos hongos y aftas entre otros.
Lesiones orales más frecuentes
En primer lugar citaremos la candidiasis. Se trata de una infección oportunista, en la que se produce un crecimiento elevado de un determinado tipo de hongo no habitual llamado Candida.
Puede ser el primer signo de la enfermedad o bien ser indicativo de un estadio agravado de la misma.
Esta infección se da en un altísimo porcentaje (entre un 75- 90%) de los enfermos, por lo que se le considera un signo de gran valor predictivo.
Existen distintos tipos de candidiasis, por un lado está la lesión de color rojizo que se da principalmente en fases tempranas de la enfermedad, por otra parte está la lesión blanca que aparece en etapas más adelantadas y por ultimo puede aparecer la queilitis angular mayormente conocidas como boqueras.
Esta última lesión es menos frecuente que las anteriores y se localiza en las comisuras de los labios. Es crónica, por lo que puede aparecer varias veces, y se produce al igual que las anteriores por una infección de un virus.
Es frecuente que aparezca también en personas ancianas, en pacientes con menos saliva de lo normal o que tienen piel seca, además influyen también el tabaco, el alcohol, la ingesta de fármacos como corticoides o antibióticos o la falta de vitaminas. Todo ello unido a la falta de defensas favorece la aparición de las boqueras y de los otros tipos de candidiasis.
Se ha demostrado que los pacientes con SIDA tienen seis veces más este tipo de infección por hongo Candida y el tratamiento, aunque también se realice con sustancias antifúngicas, debe ser más agresivo.
Otro tipo de lesión muy frecuente en los pacientes VIH+ es la enfermedad periodontal, que actúa de forma más agresiva que en personas normales. Ello se debe a la falta de defensas y al cambio de la flora bacteriana. Esto produce que la encía se inflame y se ulcere con facilidad.
La leucoplasia vellosa es una infección que suele presentarse en las etapas tempranas de la enfermedad de SIDA, y aunque es menos frecuente que la candidiasis o la enfermedad periodontal, se la considera un signo precoz de poseer el VIH. En ella, el virus que la origina, llamado Epstein-Barr, produce unas lesiones de color blanco en forma de pliegues, localizadas en la lengua.
Otra lesión que suele relacionarse con el SIDA es la que produce el Sarcoma de Kaposi. Este tipo de afectación, se relacionaba en un principio, con los colectivos homosexuales, pero más tarde también se observó en otros de grupos de riesgo. En la boca se manifiesta como placas azuladas que se ulceran. Requiere tratamiento con radioterapia, quimioterapia o crioterapia.
Infecciones producidas por virus más frecuentes
Los pacientes afectados por la enfermedad de SIDA, al tener un menor nivel de defensas en su organismo, pierden capacidad para defenderse frente a virus que, en condiciones normales de inmunidad, no nos infectarían y además suelen actuar de forma más agresiva. Por ello las lesiones que en personas sanas duran dos semanas, en estos pacientes pueden durar un mes o incluso más tiempo.
Las infecciones virales que más se han observado en estos pacientes son aquellas producidas por el virus herpes simple, virus varicela zoster, citomegalovirus y virus del papiloma humano.
El virus herpes humano es el patógeno más extendido y se caracteriza porque puede permanecer en estado latente o dormido en la persona que lo posee, sin producir ningún síntoma clínico hasta que se produce un descenso de las defensas en el cuerpo, es entonces cuando sale y produce lesiones.
El herpes simple en los pacientes con VIH+ produce lesiones que suelen durar más de un mes porque actúa más agresivamente. Las lesiones son ampollas que se rompen dejando úlceras que son muy dolorosas. Éstas pueden darse tanto en los labios como dentro de la boca.
Este virus se transmite entre las personas a través de la saliva o de secreciones genitales, y suelen tratarse con sustancias antivirales como aciclovir. En los pacientes con SIDA estos fármacos pueden administrarse por vía oral o intravenosa dependiendo de la gravedad de la infección.
El virus varicela zoster produce como su propio nombre indica la varicela y el herpes zoster. La primera es una infección que se da de forma más frecuente en la infancia mientras que la segunda se da en edades más adultas.
Este virus se transmite a través de la respiración y se incuba durante unos días tras los que aparecen múltiples ampollas por todo el cuerpo. Tras este primer contacto este virus se queda almacenado en los ganglios y volverá a aparecer ante una disminución de defensas. Es entonces cuando produce la infección llamada herpes zoster, más frecuente a partir de los 60 años y que produce ampollas y un gran dolor a lo largo del trayecto de un nervio.
Otros virus que pueden infectarles son el del papiloma humano, que en estos enfermos además de producirles verrugas afecta a los genitales, y el citomegalovirus, que cuando aparece en los VIH+ suele ser signo de deterioro de su estado.
Otras lesiones orales menos frecuentes
Además, en los pacientes con SIDA pueden aparecer alteraciones en las glándulas que producen saliva. Este tipo de afectación produce disminución de la misma y por ello conlleva la aparición de candidiasis y/o caries agresivas.
También pueden aparecer manchas o úlceras a nivel oral. Las últimas suelen producir dolor y escozor y su tamaño puede variar.
La púrpura trombocitopénica se observa a modo de puntos o manchas rojas que se acompañan de hemorragias en la encía.
En la actualidad se está investigando para encontrar un arma para luchar contra el SIDA, pero debido a la continua mutación o cambios en la estructura del virus es difícil encontrarla. No obstante, cada día tenemos más información acerca de la enfermedad y podemos prevenirla.