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Alergias

Alergia al frío, guía básica

Alergia al frío, guía básicaSe denomina urticaria a frigore o hipersensibilidad a las bajas temperaturas, y aunque no es muy común, lo cierto es que el número de casos aumenta con los años, afectando principalmente a los niños y adultos jóvenes. Su principal característica es la aparición de ronchas o brotes rojizos sobre la piel, una reacción que se hace acompañar de fiebre y dolores de cabeza. A continuación, te damos todas las claves sobre este tipo de alergia.

¿Cuáles son sus causas?

Dada su poca frecuencia, la hipersensibilidad al frío es una cuestión que permanece bajo estudio por parte de los especialistas, por lo que sus causas o factores de riesgo aún siguen siendo desconocidos. Una teoría bastante aceptada explica que algunas personas presentan células extremadamente sensibles a las bajas temperaturas, algo que puede desencadenarse por una enfermedad viral o de manera hereditaria.

Además de ello, se conoce que la exposición al frío estimula la presencia de histamina en el torrente sanguíneo, un compuesto orgánico del sistema inmune que causa el enrojecimiento característico de esta alergia.

¿Cómo identificarla?

El rostro y las manos son las zonas de nuestro cuerpo donde más se evidencia la respuesta alérgica al frío. De este modo, es común notar una inflamación de los labios cuando ingerimos alimentos o bebidas frías, además de ronchas, escozor y urticaria en la piel que ha sido expuesta a las altas temperaturas. En algunos escenarios más avanzados de esta alergia, las personas podrán incluso experimentar los síntomas en la garganta y la lengua (edema faríngeo).

Al mismo tiempo, la alergia al frío puede desencadenarse cuando sostenemos objetos fríos o nos exponemos a una temperatura ambiental extrema. En ocasiones, podrán darse casos de desmayos, palpitaciones e incluso shock. Por esta razón, se recomienda siempre, una vez detectados los primeros síntomas, acudir de inmediato al médico.

¿Cómo se diagnostica?

La prueba de diagnóstico más popular hasta la fecha es el llamado “test del cubito de hielo”. Para ello, el alergista frotará nuestra piel con hielo, mayormente en la zona del antebrazo, tras lo cual procederá a cubrirlo con una gasa y observar la reacción tras unos cinco o diez minutos. Si se producen ronchas rojizas pasado este tiempo, se tratará entonces de un caso de hipersensibilidad al frío. Aunque puede parecer una prueba sencilla que podemos realizar en casa, se recomienda acudir a un médico para evitar quemaduras y otros accidentes.

¿Qué tratamientos existen?

Aunque no existe una cura definitiva para la urticaria por frío, puede ser una buena vía el uso de antihistamínicos de venta libre (previa consulta con el doctor). Esto permitirá reducir los síntomas y mitigar la aparición de la enfermedad, aunque como medida preventiva también se recomienda evitar las largas exposiciones a las bajas temperaturas, cubrir las zonas más sensibles de nuestro cuerpo y evitar los alimentos y bebidas frías.

Al mismo tiempo, el especialista médico podrá aconsejar el uso de un autoinyector de epinefrina, algo que deberemos llevar en todo momento para mitigar la ocurrencia de reacciones adversas. No obstante, la mayoría de los casos por alergia al frío suelen combatirse con el uso de medicamentos antihistamínicos como la fexofenadina (Allegra) y la desloratadina (Clarinex).

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Categorías: Alergias,
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