Dicen que una sonrisa es como una carta de presentación que tiene una persona cuando se da a conocer o cuando comienza una conversación. La sonrisa demuestra mucho y nos enseña cómo es por dentro, siendo muy cierto ese dicho en el que se dice que este gesto puede llegar incluso abrir los corazones más cerrados.
Pero en ocasiones, este simple gesto puede convertirse en algo difícil de realizar ya que debido a la perdida de piezas dentales, ya sea por un golpe, un accidente o incluso por alguna enfermedad, ha conseguido hacer que no luzca tan bonita ni radiante como antes. Para este tipo de problemas se ha innovado muchísimo, consiguiendo ser reemplazados por los conocidos implantes dentales. En este artículo conocerás los tipos que existen y en qué se diferencian unos de otros.
Estas piezas que se van a implantar, ya sea de una clase o de otra van a conseguir darle una apariencia natural a su dentadura ya que debido a las mejoras que se han ido realizando en odontología estos dientes artificiales cada vez son más resistentes y duraderos, pudiendo estar contigo décadas o incluso, si se cuidan como es debido y se realizan las pertinentes visitas al dentista, toda la vida, manteniendo una estética bucal perfecta.
Esta clase de implantes dentales también son conocidos como osteointegrados o simplemente aquellos que se sitúan dentro del hueso maxilar. Aunque puedan parecer los más difíciles de implantar son los que más se realizan en la actualidad, sobre todo gracias a una cirugía quirúrgica que lo que hace es que sujetan estas piezas a los huesos de la mandíbula, colocando para terminar la corona que el cliente ha seleccionado. Al ir justo en el hueso, suelen ser mucho más duraderos puesto que no se van a mover, aunque deben tener un cuidado cada cierto tiempo para comprobar que todo sigue en su lugar.
Dentro de este tipo de implante nos podemos encontrar aquellos que son cilíndricos, los laminados, los cuales son utilizados sobre todo para personas que ya tenían de antemano prótesis extraíbles o puentes dentales. Por último y los más utilizados son en forma de tornillos yendo estos enroscados. El titanio es el material utilizado para estos implantes que a simple vista tienen esta apariencia tan característica y que consigue una mayor fijación, mejores resultados e incluso van a durar más años facilitando a los odontólogos tener un seguimiento más satisfactorio que con los otros métodos.
Se dice que para que un implante sea considerado de calidad, debe reunir una serie de características como es la utilización del titanio, algo que ya te hemos comentado y que le va a dar no solo dureza sino evitará que se oxide. El mecanismo de tornillo o enroscado también va a aportarte muchos beneficios, sobre todo si lo que quieres es que sea permanente, buscando en todo momento que haya un sistema antirotacional externo para que desde fuera no pueda ser girado y sustraído.
El otro tipo de implantes son los llamados subperiósticos, y que quieren decir que se colocan alrededor del hueso maxilar. Suelen ser de los métodos menos utilizados, ya que expresamente se realizan a aquellas personas que no tienen una altura de estos huesos de la mandíbula óptima para realizar el implante que te hemos explicado con anterioridad. También se usan para personas que tienen un tipo de dentadura no apta para este tipo de intervenciones.
Los yuxta-óseos se van a colocar en el hueso maxilar, pero rodeándolos como si fuese un marco de metal que se va a situar debajo de lo que serían las encías. Es en este marco metálico donde se van a sujetar las prótesis finales.