La disfunción eréctil es una patología que afecta al paciente en un doble dimensión; tanto en el aspecto físico como en la dimensión psicológica.
Aunque se trata de la disfunción sexual más común entre los varones, después de la eyaculación precoz, muchos expertos alertan de que se trata de una patología tremendamente infradiagnosticada, debido a vergüenza que sienten algunos hombres a la hora de consultar con su médico un aspecto tan íntimo.
Precisamente, esta fue una cuestión que se abordó en el proyecto Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina, en cuyos resultados se puso de manifiesto que, aunque el 40% de los encuestados estaba de acuerdo con la idea de acudir al médico, sólo el 6% de los varones aquejados de este problema realmente lo acababan haciendo.
Es más, el 75% de los hombres consultados para realizar el estudio afirmaron que consideraban que sufrir disfunción eréctil resultaba algo normal a su edad, y la gran mayoría de ellos reconoció desconocer si existía una solución médica para su problema.
En este sentido, la aparición de la disfunción eréctil puede obedecer a una gran variedad de causas, no necesariamente psicológicas (o al menos no exclusivamente), pero la imposibilidad de llevar a cabo relaciones sexuales satisfactorias normalmente acaba afectando a la calidad de vida, la autoestima del paciente e incluso sus relaciones de pareja.
Si además tenemos en cuenta que la disfunción eréctil puede ser síntoma de una enfermedad grave como la hipertensión arterial o la diabetes, los datos anteriores resultan especialmente desalentadores.
Por otro lado, en relación con las causas psicológicas que pueden propiciar la aparición de la disfunción eréctil, podemos señalar algunas como el estrés laboral, la ansiedad o la depresión. Este tipo de causas también se pueden abordar con éxito mediante terapia psicosexual.
Por tanto, sean cuales sean las causas que provoque la disfunción eréctil, es necesario que la población masculina logre vencer su reticencia a la hora de consultar a un especialista, puesto que se trata de una patología perfectamente tratable de la que nadie debe avergonzarse.
No en vano la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la disfunción eréctil como un problema de salud en el más estricto sentido del término, a la altura –en cuanto al grado de severidad y discapacidad- de otras patologías como la artritis reumatoide o la angina de pecho.
Fuente: Servicios de Salud Sanitas