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Alcohol y drogas

Los tranquilizantes e hipnóticos

Los tranquilizantes e hipnóticos¿Que son los tranquilizantes?

Bajo el epígrafe de tranquilizantes e hipnóticos nos referimos a un amplio grupo de fármacos que son capaces de controlar la ansiedad patológica y a dosis más elevadas de inducir sueño. Son un grupo de fármacos muy eficaces. El problema surge cuando no se emplean adecuadamente o durante períodos de tiempo excesivamente prolongados.

Hasta los años 60, para el tratamiento de la ansiedad se utilizaban fármacos de carácter sedante; al producir sedación y somnolencia la persona sentía menos la ansiedad, si bien estaba todo el día prácticamente dormida. Por ejemplo, a este grupo de fármacos pertenecen los barbitúricos. A partir de los años 60 se introdujeron un grupo de fármacos que se denominan de acuerdo a su estructura química como benzodiacepinas. Estos fármacos eran y son capaces de reducir el nivel de ansiedad patológica, sin dormir a la persona. Es decir eran el primer grupo de fármacos que de manera selectiva reducían el nivel de ansiedad. El fármaco más popular de este grupo es el diazepam, el cual aún hoy en día se sigue prescribiendo.

Por lo general, cuando nos referimos a los tranquilizantes e hipnóticos nos estamos refiriendo específicamente a las benzodiacepinas. A ellas nos referiremos en particular a continuación. En los últimos años han aparecido algunos fármacos que pertenecen a grupos químicos distintos, si bien básicamente actúan como las benzodiacepinas.

¿Para qué se emplean las benzodiacepinas?

Quizás su principal indicación sea el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Estos mismos fármacos a dosis más altas son eficaces para tratar otras patologías como son los espasmos musculares, las crisis convulsivas, ciertas formas de epilepsia, etc. A dosis aún más altas, o en formulaciones que se absorben más rápidament,e se emplean como hipnóticos siendo hoy en día los fármacos de elección. Por vía oral y particularmente por vía intravenosa se emplean en anestesiología.

Tranquilizantes e hipnóticos disponibles en España

En nuestro país, al igual que en la mayoría de países desarrollados, disponemos de una amplia variedad de benzodiacepinas y fármacos análogos. Aunque básicamente todos ellos poseen las mismas acciones en el organismo y se pueden utilizar en las mismas patologías, aquellos que se absorben lentamente y su acción dura bastantes horas se utilizan como ansiolíticos [lo cual permite tomarlos sólo 1 o 2 veces la día]. Por el contrario aquellos que se absorben rápidamente [y llegan rápidamente al cerebro produciendo sueño] y su duración de acción es cercana a 8 horas, se emplean como hipnóticos.

¿Consumimos muchos tranquilizantes los españoles?

El año pasado se vendieron más de 40 millones de envases de benzodiacepinas. En la figura siguiente se presenta el consumo de tranquilizantes en la población española adulta según los datos de la Encuesta Nacional de salud de 1997.

¿Son fármacos seguros?

Las benzodiacepinas son fármacos muy eficaces y también muy seguros. Sin embargo, como ocurre con todos los fármacos, su administración no está exenta de riesgos, especialmente de los efectos sedantes.

El gran problema que surge con estos fármacos es que hay muchas personas que se sienten bien bajo sus efectos y prolongan el tratamiento más allá de lo conveniente, que suele ser 3 a 6 meses en el caso de la ansiedad. Es por ello que los pacientes siempre deben de seguir las instrucciones del médico y dejar la medicación cuando se lo indican. Por otra parte con frecuencia se critica a los médicos de que debemos prestar más atención a no prolongar sin necesidad el tratamiento con estos fármacos.

Bajo el efecto de las benzodiacepinas la persona con ansiedad y/o insomnio se sentirá bien. No obstante una vez controlada la situación clínica, al dejar la medicación durante unos días tendrá un cierto grado de rebote de la ansiedad y dormirá algo peor. Ello es debido a la readaptación de nuestro cerebro a la falta del fármaco. Muchas personas cuando dejan la medicación se sienten peor, y ante el temor de volver a enfermar creen erróneamente que han vuelto a recaer en su enfermedad y así continúan con el empleo de estos fármacos. España es uno de los países del mundo con mayor consumo de tranquilizantes de manera crónica.

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