¿Qué es la otitis media media?
El término otitis significa inflamación, una otitis media será por tanto la inflamación del oído medio. Esta inflamación, suele ser resultado de una infección proveniente de la garganta, ya que ésta se comunica con el oído a través de la trompa de Eustaquio.
El oído medio es una cavidad rellena de aire del tamaño más o menos de un guisante, que limita exteriormente con la membrana del tímpano e interiormente con el oído interno interno, caracol o cóclea. En el interior del oído medio se encuentra la cadena de huesecillos, martillo, yunque y estribo, cuya finalidad es transmitir hasta el oído interno el sonido recogido del exterior por la membrana del tímpano.
La otitis media es mucho más frecuente en niños que en adultos, generalmente en niños menores de tres años, que no han recibido lactancia materna y que han sido escolarizados, guardería, en edades muy tempranas de la vida. Constituye, una de las principales causas de visita a la consulta del pediatra o del otorrinolaringólogo, y es más frecuente en los meses de invierno y al principio de la primavera.
La otitis media puede convertirse en un trastorno serio. Causa un gran dolor de oídos, con sus previsibles consecuencias en niños menores de tres años, llanto e irritabilidad, además puede provocar pérdida auditiva, que en algunas ocasiones, aunque pocas, puede persistir como secuela a lo largo de la vida. Esta pérdida auditiva, hipoacusia, perjudica la capacidad de adquisición del lenguaje y del aprendizaje en niños.
En niños y en adultos, el retraso en el diagnóstico y el empleo de tratamientos no adecuados puede favorecer la aparición de algunas temidas complicaciones como la mastoiditis, o la meningitis.
¿Qué favorece la otitis media aguda?
El principal factor favorecedor es la obstrucción de la trompa de Eustaquio. Obstrucción que ocurre durante o después de un resfriado, gripe o proceso alérgico. En estas circunstancias se produce gran cantidad de moco, que se acumula en el oído medio detrás de la membrana del tímpano. Este moco retenido se infecta por gérmenes procedentes de la garganta, transformándose en pus, apareciendo en estos momentos un intenso dolor de oídos, hinchazón y enrojecimiento del tímpano así como una cierta pérdida auditiva.
En la mayoría de las ocasiones y una vez se ha coleccionado pus en el oído medio, la membrana timpánica se perfora, permitiendo la salida al exterior de este material purulento. Este hecho suele provocarnos cierta inquietud, pero se acompaña del alivio prácticamente total de lo que más nos molestaba, el dolor de oídos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Algunos de ellos han sido ya mencionados. La otitis media aguda en niños pequeños se manifiesta con llanto, irritabilidad, fiebre, vómitos y supuración por el oído; es muy frecuente que el niño se lleve constantemente la mano al oído. Los adolescentes y los adultos referirán un dolor muy intenso punzante, que cede al empezar a supurar el oído. Sensación de taponamiento o de presión, pérdida auditiva, mareos, náuseas, vómitos, supuración y fiebre.
Algunos de estos síntomas pueden perpetuarse sin el tratamiento médico adecuado, transformándose el episodio de otitis media aguda en un proceso crónico con múltiples episodios de supuración, dolor de oídos, pérdida auditiva, etc.
En la consulta del médico
La aparición de dolor de oídos y fiebre, nos debe hacer consultar con nuestro médico de cabecera, siendo incluso necesaria en algunas ocasiones la visita al pediatra o al otorrinolaringólogo.
Durante la exploración, el médico utilizará un instrumento llamado otoscopio, que sirve para visualizar la membrana del tímpano, comprobando en una otitis media que se encuentra hinchada, enrojecida y que existe moco o pus detrás de la membrana de tímpano.
En la consulta del especialista en otorrinolaringología se pueden llevar a cabo otras dos pruebas que ayudan en el diagnóstico de la otitis media aguda, la audiometría y el timpanograma, teniendo siempre presente, que el diagnóstico se basará fundamentalmente en la historia clínica, conjunto de preguntas que nos hace el médico sobre nuestra dolencia, y en la exploración con el otoscopio.
¿Qué tratamiento es el más adecuado?
Es muy importante cumplir el tratamiento tal y como haya sido prescrito por nuestro médico, aunque los síntomas desaperecieran en las primeras horas o días.
Habitualmente se emplean fármacos antiinflamatorios, que reducirán la hinchazón y por tanto el dolor, pero también reducirán la fiebre. Antibióticos por vía oral, amoxicilina con ácido clavulánico, cefalosporinas de segunda generación. Se recomienda el uso de gotas óticas antimicrobianas y antiinflamatorias, sobre todo cuando el oído está supurando. No debemos taparnos el oído con algodón, ya que éste absorberá las gotas destinadas al mismo, con lo que retrasaremos nuestra curación.
Conviene por tanto recordar, que el cumplimiento del tratamiento adecuado nos evitará la aparición de distintas complicaciones, que pueden tener serias consecuencias sobre nuestro oído y sobre nuestra audición.