La audiometría es una prueba que nos permite una valoración bastante precisa de la audición, siendo vital para determinar si una persona oye bien o no. Aportándonos información adicional sobre el problema subyacente, posible causante de la pérdida auditiva.
No obstante, para obtener unos resultados fiables es muy importante la colaboración del paciente, siendo necesario que preste una gran atención durante la prueba y que responda en la misma con sinceridad. Por lo tanto, los resultados de una audiometría estarán distorsionados en niños pequeños, no siendo válida en menores de cuatro años ni en simuladores o personas muy nerviosas o con déficit de atención.
La audiometría se lleva a cabo evaluando, la "vía aérea" y "la vía ósea":
El oído humano es capaz de discernir sonidos cuyas frecuencias oscilen entre los 20 y los 20.000 Hertzios. La sensibilidad de nuestro oído para detectar estos sonidos no es igual en todas las frecuencias, siendo más sensible a las llamadas frecuencias conversacionales, es decir, a las frecuencias de sonido emitido generalmente por nuestros congéneres. La habilidad para detectar sonidos, oír, disminuye con el envejecimiento, siendo más grande esta caída en las frecuencias mayores, también denominadas altas frecuencias o frecuencias agudas. Éstas serían las frecuencias por encima de los 4000 Hz.
¿Cómo se realiza una audiometría?
Para realizar de forma correcta una audiometría, la persona cuya audición vayamos a explorar debe entrar dentro de una cabina perfectamente insonorizada, sentarse cómodamente y colocarse unos auriculares. A continuación la persona que realice la audiometría le irá presentando una serie de sonidos de mayor a menor volumen, teniendo el explorado que levantar la mano cada vez que lo oye. La última intensidad reconocida determinará nuestro umbral de audición para esa frecuencia en concreto. Esta misma tarea se repetirá con sonidos de otras frecuencias. Habitualmente se exploran las frecuencias de 125,250, 500, 1000, 2000, 4000, 8000 Hz. De esta manera habremos explorado la vía aérea. La determinación de la ósea se realizará de igual forma, pero en vez de presentar el sonido a través de un auricular lo haremos a través de un vibrador que se colocará detrás de la oreja, en la región conocida con el nombre de mastoides.
¿Cómo interpretar una audiometría?
Los resultados de la prueba se recogen en dos gráficos uno por cada oído denominados audiogramas. Estas gráficas expresan a qué intensidad oye la persona explorada en una determinada frecuencia, la intensidad de sonido se mide en decibelios. Una pérdida de hasta 20 decibelios por debajo de la línea de referencia cero, puede incluso considerarse normal. Cada vía explorada va a dibujar una línea en el audiograma. Como se exploran la vía aérea y la ósea, obtendremos dos líneas en cada audiograma. Lo habitual es que ambas líneas discurran prácticamente superpuesta la una a la otra, y próximas al cero de referencia. Cuando no es así pueden presentarse distintas situaciones:
Valores de referencia
La pérdida auditiva o hipoacusia, se clasifica en función de la localización de la lesión como hipoacusia de conducción, hipoacusia de percepción y mixta. Pero también puede clasificarse dependiendo del grado de severidad de la pérdida auditiva.
Así, consideramos como normal una audiometría, cuando las vías aérea y ósea están entre 0 y 20 decibelios, encontrándonos con los siguientes grados:
La duración habitual de una audiometría realizada por personal especializado y ante personas colaboradores es de unos 20 minutos aproximadamente.