Los hongos son microorganismos eucariotas con un nivel de complejidad biológica superior al de las bacterias; representan un grado mayor de diferenciación.
Existen unas 250.000 especies de hongos en la naturaleza, aunque tan sólo se conocen poco más de 150 especies que puedan producir patología en el ser humano. Las micosis son las enfermedades producidas por los hongos y tienen características clínicas y microbiológicas exclusivas que los hacen diferentes de otros microorganismos.
Principales características de los hongos
El tamaño de los hongos varía enormemente, pudiendo oscilar entre las dimensiones de una bacteria y la de una estructura visible macroscópicamente.
La célula fúngica tiene las características típicas de las células eucariotas, esto es, un núcleo con cromosomas, una membrana nuclear y unas organelas citoplasmáticas como las mitocondrias y el retículo endoplásmico. Además, poseen una pared celular rígida y una membrana citoplasmática rica en ergosterol. La estructura química y antigénica de la pared celular es muy distinta a la de las células bacterianas.
¿Cómo podemos clasificar a los hongos?
De una forma sencilla, los hongos pueden ser divididos en mohos y levaduras. Los hongos levaduriformes son típicamente redondos u ovalados y se producen por brotación, los mohos están formados por estructuras tubulares llamadas hifas que crecen por ramificación y extensión longitudinal. No todos los hongos patógenos pueden ser claramente categorizados como mohos o levaduras, los hongos llamados dimórficos son aquellos que crecen en el huésped en forma de levadura, pero a temperatura ambiente crecen como mohos.
Características de las infecciones producidas por hongos
Las micosis varían considerablemente en sus manifestaciones, pero tienden a ser enfermedades subagudas o crónicas de curso indolente y recurrente. Los hongos rara vez causan infecciones agudas como las producidas por muchos virus y bacterias.
La mayoría de las infecciones fúngicas en el hombre no son contagiosas, aparecen tras un contacto con un reservorio ambiental o a partir de la flora de hongos del propio paciente.
Atendiendo al lugar y grado de afectación las micosis pueden ser divididas para su estudio en tres grandes grupos: micosis profundas, micosis subcutáneas y micosis superficiales.
¿A qúe llamamos micosis profundas?
Las micosis profundas o sistémicas son aquellas producidas por hongos tan virulentos que pueden llegar a invadir tejidos y órganos, diseminándose por todo el organismo. La mayoría de estas infecciones están producidas por hongos dimórficos.
Todas ellas pueden variar en su gravedad, oscilando desde una infección leve hasta una enfermedad de curso progresivo y mortal.
Las micosis que afectan a los órganos internos y vísceras pueden ser divididas en aquellas que tienen una distribución universal y un carácter oportunista (candidiasis, criptococosis, mucormicosis, aspergilosis) y las que tienen un carácter patógeno y una distribución regional (coccidiomicosis, paracoccidiomicosis, blastomicosis norteamericana, histoplasmosis, etc..
El médico puede descartar con razonable certeza una micosis sistémica siempre que no se encuentre ante un paciente inmunodeprimido o ante un paciente que no haya abandonado Europa.
¿Qué son las micosis subcutáneas?
Son enfermedades producidas por hongos que se introducen a través de la piel como consecuencia de un traumatismo y afectan sobre todo a los tejidos subcutáneos, los vasos linfáticos y los tejidos vecinos. Es muy raro que se propaguen a distancia hacia otros órganos. Las enfermedades que provocan son la esporotricosis, la cromoblastomicosis y el micetoma. De ellas, sólo la esporotricosis posee un único agente etiológico específico (Sporothrix schenckii). La cromoblastomicosis y el micetoma son síndromes clínicos cuya etiología fúngica es variada.