Bajo la denominación de parásitos se incluyen protozoos y helmintos. La mayoría de ellos son microorganismos de vida libre, sin embargo, las especies que con mayor frecuencia resultan patógenas para el hombre son parásitos obligados y dependen de huéspedes vertebrados y/o artrópodos para su supervivencia.
Aunque los mecanismos de transmisión varían dependiendo del tipo de parásito de que se trate, podemos decir que los principales mecanismos se establecen a través de la vía fecal-oral, por transmisión sexual y mediante la picadura de un artrópodo vector.
¿Qué son los protozoos?
Los protozoos son microorganismos simples, con estructura eucariótica, en los que todas sus funciones vitales ocurren en una sóla célula. Su tamaño es variable, pudiendo oscilar entre 2 y 100 µm y presentar una gran variedad de formas.
Para asegurarse la supervivencia en condiciones desfavorables o difíciles muchos protozoos parásitos se transforman en un quiste, rodeado por una pared celular externa gruesa capaz de proteger al microorganismo frente a agresiones físicas y químicas potencialmente letales. El quiste representa la fase infectante de casi todos los protozoos y facilita la transmisión de un huésped a otro, puesto que los trofozoítos o formas infectantes se destruyen fácilmente en un ambiente exterior.
¿Cómo se clasifican los protozoos?
Los protozoos se pueden dividir en cuatro clases: flagelados (Tripanosoma, Tricomonas, Leishmania), amebas, esporozoos (Plasmodium, Toxoplasma) y ciliados (Balantidium coli).
Las protozoosis más frecuentes en España son la toxoplasmosis y la tricomoniasis. Mucho menos frecuentes son la leishmaniosis o la amebiasis.
Muchas enfermedades producidas por protozoos son exclusivas de los países cálidos (enfermedad del sueño) y más frecuentes que en los templados o fríos (paludismo, amebiasis).
¿Qué son los helmintos?
Los gusanos o helmintos son organismos pluricelulares muy complejos con tejidos y órganos diferenciados. Su tamaño puede variar, pudiendo llegar a alcanzar hasta varios metros de longitud.
Se dividen en dos grandes grupos: platelmintos (gusanos de cuerpo aplanado) y nematelmintos (gusanos de cuerpo cilíndrico). Los platelmintos se dividen a su vez en dos clases: trematodos y cestodos.
Gusanos importantes en patología humana
Los trematodos son microorganismos en forma de hoja. Comprenden entre otros los géneros Shistosoma y Clonorchis. La esquistosomiasis representa en los países cálidos de casi todo el mundo uno de los más grandes y graves problemas sanitarios; en España no existe.
Los cestodos son gusanos con cuerpo aplanado en forma de cinta. En España están representados principalmente por los géneros Taenia, al que pertenecen las tenias intestinales y Echinococcus, en el que se incluye el agente etiológico del quiste hidatídico o hidatidosis, la helmintiasis más importante en nuestro país.
Los nematodos son gusanos filiformes representados en nuestro país por los géneros Ascaris y Enterobius, los parásitos intestinales más frecuentes, y por Trichinella spiralis, agente causal de la triquinosis. Las filariosis son un conjunto de enfermedades muy difundidas en la mayoría de los países tropicales y algunos subtropicales, aunque en España no existen.
Artrópodos
Los artrópodos son animales invertebrados con miembros articulados y un exoesqueleto quitinoso.
Los artrópodos ectoparásitos son organismos que viven sobre o dentro de la piel de un huésped y obtienen alimento de ese huésped. Este término puede incluir a aquellos organismos que viven sobre el huésped sólo el tiempo suficiente para obtener sangre como alimento así como a aquellos que penetran en las capas superficiales de la piel y permanecen allí durante semanas o meses o incluso años si no se los trata.
El diagnóstico de estas enfermedades se realiza mediante la visualización del parásito.
Enfermedades transmitidas por artrópodos
En nuestro país debemos considerar siempre en este grupo la sarna, enfermedad producida por Sarcoptes scabiei, y la pediculosis, parasitación por piojos de los géneros Pediculus y Phthirius.
Muchas enfermedades bacterianas, espiroquetales, virales, rickettsiales, helmínticas y protozoicas pueden ser transmitidas al hombre por artrópodos vectores. Así por ejemplo, los mosquitos del género Anopheles son los transmisores del paludismo, diversas especies de moscas pueden transmitir la tripanosomiasis, las pulgas tienen su papel como agentes transmisores de la peste y otros vectores como piojos y garrapatas pueden tener la capacidad de transmitir otras enfermedades infecciosas.
Aunque las moscas adultas no parasitan la piel, sus formas larvales pueden vivir del tejido vivo o necrótico produciendo un cuadro conocido como miasis.
Este grupo de agentes infecciosos no constituye hoy en día en los países desarrollados un problema importante de salud pública, sin embargo, las enfermedades ectoparasitarias y las enfermedades transmitidas por ectoparásitos como vectores continúan representando serios problemas sanitarios. No sólo causan enormes pérdidas económicas a los seres humanos en virtud del parasitismo del hombre, sino que también parasitan animales domésticos utilizados para la alimentación, contribuyendo en gran medida a la malnutrición que se encuentra en los países subdesarrollados.