Cuando uno piensa en la rutina de un atleta, suele llenarla de horas y horas en el gimnasio fortaleciendo la musculatura y entrenando la resistencia. No obstante, algo que nos cuesta más de visualizar son los esfuerzos que deben hacer para mantener una mente igual de fuerte. De nada servirá un físico que aguante lo inhumano si nos traicionan las emociones. En este artículo, repasaremos algunos métodos para conseguir una concentración y fortaleza mental digna de los mejores deportistas.
Lo primero que hay que hacer para conseguir la mente de un atleta es tener la rutina de un atleta. Los deportistas de élite logran los mejores resultados cuando están concentrados, y eso es algo que debemos aplicar en todos los aspectos de nuestro día a día si queremos también ser los mejores. Para hacerlo, hay que centrarse en un 95 % en lo que estamos haciendo en cada momento, mientras que solo un 5 % de nuestros esfuerzos deben focalizarse en el futuro.
Asimismo, los errores deben servirnos para aprender, pero deben quedar en el pasado para seguir adelante. Muchos de ellos podrían haberse evitado si nos hubiéramos avanzado a la adversidad. Pero cuando llega lo inevitable, esto debe verse como una lección y no situarse en el papel de la víctima. Es más, los atletas se centran en aquello que sí pueden controlar, y eso les hace más fuertes. Por último, no olvides creer en ti y en tu objetivo. Es la única forma de triunfar.
En esta misma línea, la mejor manera de conseguir el éxito es visualizarlo. Sin que llegues a dejarte llevar por esa posible victoria (recuerda, hay que vivir el presente), es importante que sepas que es muy probable que la consigas. Entrarás en un nuevo estado anímico que reforzará tu autoestima. Hagas lo que hagas, tienes que hacerlo para ganar. Un estudio del Instituto del Deporte de Inglaterra descubrió que un buen rendimiento está directamente relacionado con una mentalidad ganadora.
Pero esto no se consigue de la noche a la mañana. Para ello necesitarás echar mano de la psicología. Inunda tu mente de pensamientos motivacionales, aunque ello signifique hablarte a ti mismo en tercera persona. Se ha comprobado que es una técnica excelente para reducir la ansiedad y tomar mejores decisiones, ya que te aleja de esa situación estresante y te permite controlar tus emociones. Así lo hacen grandes figuras del deporte como LeBron James, y esto explicaría gran parte de su éxito profesional.
El mindfulness es otra forma de aprender a canalizar las emociones que se ha puesto de moda tanto dentro como fuera del mundo de los atletas. Varios estudios han comprobado la eficacia de esta práctica a la hora de controlar el estrés. No es de extrañar que forme parte de la rutina de entrenamiento de muchos deportistas, que lo utilizan para no distraerse con cualquier problema externo al juego. También los soldados lo han incorporado en su rutina para responder mejor en situaciones de alta tensión.
No es complicado incorporar ejercicios de mindfulness en la vida cotidiana. Consiste, básicamente, en buscar momentos de nuestro día a día en los que podamos detenernos y ejercitar nuestra atención plena. Puedes hacerlo, por ejemplo, justo al despertarte, intentando ser consciente de todas las sensaciones físicas que provoca estar despierto. Otra opción es hacerlo en la ducha, mientras te peinas, tomando el desayuno o incluso mientras te lavas los dientes después de comer.
Los juegos de mesa se suelen asociar con el entretenimiento, con una forma más de distraerse y pasar el rato. Eso no puede discutirse, como tampoco el poder que eso tiene para ayudarte a desconectar de los problemas del mundo exterior. No obstante, jugar el poker u otros juegos y modalidades similares como el Texas Holdem de forma regular te puede dar mucho más que eso. De hecho, te dará esa mente de atleta que andas buscando, moldeando y entrenando tu cerebro de tal manera que te hará más fuerte.
Eso tiene una explicación científica. Al realizar una misma actividad de forma continua, se van creando más vías neuronales y, al mismo tiempo, cuando se usan unas vías neuronales concretas repetidamente, las células consiguen transformarse y hacer otra función. Así pues, el cerebro no es algo con lo que nacemos y ya está, sino que puede entrenarse y moldearse cuando adquirimos conocimientos.
Por lo tanto, si algo queda claro es que la única forma de conseguir una mente fuerte como la de un atleta, es ejercitarla. Hay que practicar la autoestima, motivarse a uno mismo antes de afrontar un problema y visualizar la solución a dicha situación adversa, pero sin olvidar el presente y sin dejarnos llevar por el posible éxito. Además, hay que saber controlar las emociones, ya sea mediante ejercicios de mindfulness o con una partida de poker entre amigos que nos permita estar concentrados y enfrentarnos a un problema para resolverlo a tiempo.