Muchos cambios se han producido en el enfoque que el tabaquismo tiene desde un punto de vista médico. Hasta hace poco tiempo, el consumo de tabaco era considerado como una costumbre social o, en el peor de los casos, como un feo hábito del que costara más o menos trabajo desprenderse. Sin embargo, las últimas investigaciones médicas nos han dado importantes revelaciones que, sin duda, han cambiado nuestra forma de ver este problema.
Una de esas revelaciones ha sido hacernos comprender que el tabaquismo no es un hábito, ni mucho menos una costumbre social, si no que se trata, realmente de una auténtica drogodependencia y que un altísimo porcentaje de fumadores, padecen dependencia física por la nicotina, que es una droga como mayor capacidad adictiva que la cocaína, por ejemplo.
Han sido estas investigaciones las que nos han enseñado a los médicos que dejar de fumar no es fácil, que el fumador es un drogodependiente y que es por esto por lo que cada vez que intenta dejar de fumar sufre un cúmulo de dificultades físicas y psíquicas que le impiden abandonar definitivamente el tabaco.
Son estas dificultades las que nosotros conocemos con el nombre de síndrome de abstinencia a la nicotina. A continuación haremos mención de los síntomas más importantes que componen este síndrome y explicaremos porque se produce.
Síndrome de abstinencia
Cada vez que un fumador da una pipada a un cigarrillo, inhala una cantidad de humo que va cargado con más de 4500 sustancias tóxicas para la salud. Algunas de estas son los alquitranes que son responsables de todos los cánceres que con tanta frecuencia padecen los fumadores, otras, como el monóxido de carbono producen toda la patología del corazón y de las arterias, otras como las sustancias oxidantes son causantes de de la bronquitis crónica y del enfisema pulmonar que padecen hasta el 30% de los fumadores.
Otra de las sustancias que el fumador inhala en cada pipada es la nicotina. Y la principal acción de esta droga es la de actuar a nivel cerebral, justo en el mismo sitio dónde actúa la cocaína o la heroína, y hacer que el fumador desarrolle dependencia física.
Es, precisamente, por ello por lo que hasta un 85% de los fumadores cada vez que deja de fumar sufre síndrome de abstinencia que esta caracterizado por el padecimiento de síntomas como estos: ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, trastornos del sueño e incluso estreñimiento que le dificultan dejar de fumar definitivamente. Pero conviene que hablemos más detenidamente de algunos de estos síntomas.
Vistas así las cosas, parecería como si proponerse dejar de fumar fuere poco menos que imposible de conseguir. Nada más lejos de la realidad. Y voy a dar dos razones de peso para demostrarlo:
Las razones que he explicado en los párrafos anteriores son las que me impulsan a animar a todos los fumadores a que abandonen definitivamente el consumo de tabaco, y las que me capacitan para enviarles un mensaje de esperanza, recordándoles que es posible hacerlo, que disponemos de tratamientos eficaces para ayudarles a conseguirlo.
La investigación médica ha dejado claro que el tabaquismo es una drogodependencia, pero la realidad nos enseña que no todos los fumadores tienen el mismo grado de dependencia por la nicotina. Hay algunos que necesitan fumar 40 cigarrillos al día para encontrarse satisfechos, en tanto que otros, se conforman con 20. Algunos, los menos por desgracia, sólo consumen tabaco en contadas ocasiones y son capaces de pasar días y días sin hacerlo. ¿Podemos los médicos diagnosticar el grado de dependencia física que un fumador tiene por la nicotina?, ¿Cambia el enfoque terapéutico de un fumador dependiendo de su grado de adicción? ¿Hay un tratamiento igual para todos los fumadores o, por el contrario, cada fumador necesita su propio tratamiento?. Estas y otras cuestiones han sido o están siendo investigadas. Comentaremos aquí los datos más importantes de los que disponemos.