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Tabaquismo

Tipos de dependencia y síndrome de abstinencia

Tipos de dependencia y síndrome de abstinenciaEl tabaco es un medio utilizado por el fumador para tomar nicotina, sustancia que se autoadministra de diferentes maneras para proporcionarse el beneficio de sus efectos y/o evitar la sintomatología desagradable de su falta que es lo que se denomina "síndrome de abstinencia", lo que plenamente encaja con el concepto de droga.

El tabaco provoca, por lo tanto, efectos placenteros, se emplea como refuerzo de la conducta, da lugar a patrones de uso repetitivos, conduce al desarrollo de tolerancia (necesidad cada vez de mayores dosis de nicotina) lo que facilita su utilización de forma compulsiva, se consume a pesar de los perjuicios que conlleva. Experiencias en animales ponen de manifiesto que la autoadministración de nicotina, una vez que se ha mantenido la administración de esta sustancia durante un tiempo, les convierte en dependientes, poniendo de manifiesto así la capacidad adictiva de esta sustancia.

De los más de 4.000 componentes del humo del tabaco, la nicotina es el causante de la fuerte adicción fisiológica que genera en el fumador el consumo continuado de cigarrillos, siendo esto identificado ya desde los años setenta. A partir de este momento, el tabaquismo que se había calificado de vicio (atendiendo a criterios moralistas) o de hábito (por una visión tan solo psicologista), es catalogado como drogodependencia y por tanto como una patología susceptible de ser tratada.

Actualmente la capacidad de la nicotina de generar dependencia está universalmente admitida, por lo tanto el consumo de tabaco se asocia a una dependencia física o farmacológica, pero también a otras consecuencias adictivas relacionadas con el comportamiento del individuo y con factores de tipo social (dependencia psicológica). Así, existen fumadores que, aún consumiendo muchos menos cigarrillos al día e incluso sin inhalar el humo, por consiguiente absorbiendo muy poca cantidad de nicotina, presentan una gran dependencia de tipo conductual y poca dependencia física. Como éstos, todo aquel que desee dejar de fumar, debe afrontar, además de su dependencia física, el problema psicológico de tener que desprenderse de unas pautas de conducta profundamente arraigadas por su empleo durante multitud de ocasiones, el cual induce una conducta automática, asociada a diversos actos cotidianos (hábito); muy especialmente si los efectos farmacológicos de dicha conducta han podido incluso ayudarle a resolver algunas situaciones. Podemos por lo tanto decir que la nicotina induce tres tipos de dependencia: farmacológica o física, psicológica (gestual) y social.

Dependencia farmacológica o física

Tras la inhalación la nicotina tarda 7 – 8 segundos en llegar al cerebro y producir dos tipos de efectos farmacológicos en función de la dosis y del nivel de cada individuo en cuestión: efectos estimulantes, sedantes o ambos simultáneamente. El fumador adapta su patrón de inhalación de nicotina en cuanto a frecuencia, profundidad de las inhalaciones y tiempo de retención del humo, en función de sus propias características y del efecto que pretenda provocarse en cada circunstancia. Estas variaciones del patrón de fumar producen distintas concentraciones de nicotina en sangre lo que da diferentes niveles de oferta de la nicotina al organismo y diferentes efectos en su acción.

Para conseguir tales efectos, la nicotina estimula receptores cerebrales los cuales se van adaptando y habituando a unos niveles de dicha sustancia e incluso a los cambios que se producen entre el día y la noche. La disminución de la cantidad que hay en sangre hace que se estimulen los receptores reclamando la necesidad de fumar. A lo largo del tiempo se asocia un fenómeno de tolerancia por lo que hay que incrementar la dosis hasta un nivel de consumo diario que mantiene un número de cigarrillos más o menos constante con un máximo y un mínimo.

Cuando el fumador deja de fumar durante un tiempo comenzará a tener una serie de síntomas que son lo que causa el síndrome de abstinencia que veremos más adelante.

La dependencia física puede medirse mediante el Cuestionario de Tolerancia de Fagerström, la puntuación obtenida nos dará información sobre la dependencia física del individuo que suele correlacionar bastante bien con la intensidad del síndrome de abstinencia.

Dependencia psicológica

El establecimiento de este tipo de dependencia depende fundamentalmente de la configuración de la personalidad de cada fumador.

Tenemos los factores por los que el fumador comenzó con el consumo, que suelen ser bastante generalizables siendo el entorno (amigos, familiares.....) y lo social (la imitación de la conducta adulta, la presión de grupo y gregarismo que implica el grupo adolescente) uno de sus fundamentos.

Otro fundamento estaría en las características de la personalidad en la adolescencia; la inseguridad, la búsqueda de un autoimagen, etc., todo ello agravado por la publicidad que ejerce una presión importante y sobre todo en esta edad que están en plena organización de su personalidad.

Los factores de mantenimiento en el consumo de tabaco ya no son tan estandarizables. Hay fumadores que no pueden concebir una relación interpersonal sin el cigarrillo "mediador", otros son incapaces de tomar una decisión sin el cigarrillo "decisorio", hay quienes precisan del cigarrillo "controlador" para moderar sus diferentes estados de ánimo. Existe el cigarrillo "compañía" para dominar esos estados de soledad. También tenemos el cigarrillo "premio" y el "castigo", según proceda, que son el colofón diario para gratificar o punir los éxitos o fracasos cotidianos. Por último, tenemos, el cigarrillo asociado a situaciones diarias de tipo gustativo: con el café, después de comer, con una copa, etc. En estas situaciones fuman casi todos los fumadores, la diferencia individual estriba en el grado de mayor o menor importancia (necesidad psicológica) que para el fumador tiene cada cigarrillo.

Dentro de este tipo de dependencia hay que considerar el hecho de la conducta repetitiva del hábito de fumar. Un fumador repite el gesto de fumar a lo largo de su vida millones de veces lo que ocasiona una conducta automática circunscrita al rito y movimientos relacionados con la acción de fumar y asociado a su vez también de forma automática a diferentes situaciones como hablar por teléfono, terminar el trabajo, situación de descanso, etc. Son elementos inductores a la repetición y permanencia del acto de fumar la supresión de efectos negativos (refuerzo negativo) que el fumador pueda tener (evitar lo desagradable que la falta de cigarrillos tiene), y la búsqueda de efectos placenteros (refuerzo positivo), de sosiego, de seguridad, del fumador.

Dependencia social

El hecho de que fumar se haya considerado, y por desgracia todavía se considera en algunos ámbitos, un acto socialmente aceptado e incluso valorado positivamente, no solo induce al individuo a iniciarse en esta dependencia sino que además llega a convertirse en el instrumento para iniciar una conversación, allanar el acercamiento entre dos personas e incluso llegar a convertirse, erróneamente, en un gesto de amistad o solidaridad (recordemos el anuncio publicitario; "regalar tabaco es regalar amistad").

Síndrome de abstinencia

Como ya hemos comentado el fumador fuma para proporcionarse el beneficio de sus efectos y evitar la sintomatología desagradable de la falta de nicotina en el organismo. Lo anterior es lo que se denomina Síndrome de Abstinencia, que consiste en un cortejo de síntomas por la supresión durante horas del aporte de nicotina.

Los síntomas comienzan a las 6 – 12 horas de dejar de fumar, alcanzan su mayor intensidad alrededor del segundo o tercer día y duran unas 3 o 4 semanas de media.

Prácticamente todos los síntomas son debidos a la ausencia de nicotina. Además del craving (el término inglés craving describe el deseo imperioso, vehemente y urgente de fumar) los síntomas más constantes que se observan son ansiedad, irritabilidad, impaciencia, inquietud y dificultad de concentración. También son comunes el aumento del apetito, insomnio y las perturbaciones del sueño. En ocasiones los fumadores se quejan de somnolencia cefaleas o trastornos intestinales.

Síntomas y Signos del Síndrome de Abstinencia:

Síntomas:

  • Malestar General
  • Irritabilidad
  • Inquietud
  • Ansiedad
  • Dificultad de concentración
  • Craving
  • Somnolencia
  • Cefaleas
  • Aumento del apetito
  • Alteraciones del sueño (insomnio)
  • Temblor
  • Tos
  • Molestias Gastrointestinales

Signos:

  • Deterioro cognoscitivo
  • Disminución de la memoria reciente
  • Disminución en el rendimiento
  • Aumento de la hostilidad
  • Disminución en las características de la actividad al despertar (EEG)
  • Aumento en las características de la somnolencia y despertar incompleto
  • Disminución de la frecuencia cardíaca
  • Disminución de la presión arterial
  • Disminución de catecolaminas circulantes
  • Aumento de la temperatura cutánea
  • Aumento del flujo sanguíneo periférico

Objetivamente se comprueba que tras la supresión de la nicotina existen cambios en el electroencefalograma como la disminución de la actividad característica del despertar y aumento de la actividad característica de la somnolencia y de despertar incompleto. En horas se detecta una disminución en el rendimiento, o en tareas que exigen coordinación psicomotora, y aumenta la hostilidad.

Asimismo se observa una disminución de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial, de la concentración de adrenalina y cortisol, así como de la función tiroidea y del temblor. Se metaboliza menos, baja la temperatura corporal y aumenta el flujo sanguíneo periférico.

La intensidad del síndrome de abstinencia nicotínico depende del tiempo transcurrido desde la última dosis de nicotina, del nivel de ingesta antes de dejar el hábito y de la severidad de la dependencia. Sin embargo, al igual que ocurre con otras drogas, la intensidad varía notablemente entre las personas. Algo a tener en cuenta es que aquellas personas con historia de depresión pueden presentar un brote de la misma.

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Categorías: Enfermedades, Tabaquismo,
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