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Ictus o ataque cerebral

Ictus o ataque cerebralEl ictus o ataque cerebral nos puede sorprender a todos de forma repentina, con unas consecuencias fatales. Por eso, es imprescindible conocer los síntomas de alarma para acudir de forma inmediata al hospital. El Dr. C. Gil Núñez, en esta entrevista, nos detalla las diferentes manifestaciones del ictus, los factores de riesgo y los síntomas, a la vez que explica los diferentes tratamientos y da la pauta a los familiares para que los pacientes por ictus tengan la máxima calidad de vida.

¿Qué es un ictus?

Denominamos ictus a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro.

Ictus en español quiere decir "golpe" y es así como se presenta: como un trastorno cerebral de presentación brusca, que aparece "de golpe" y que suele afectar a personas ya mayores, aunque también pueden ocurrir en jóvenes e incluso en niños. Frecuentemente es la consecuencia final de la confluencia de una serie de circunstancias personales, ambientales, sociales, etc., a las que denominamos factores de riesgo.

Los términos accidente cerebrovascular y ataque cerebral y, menos frecuentemente, el de apoplejía son utilizados como sinónimos del término ictus.

El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda hombres en España y se puede considerar una verdadera epidemia, que aumentará teniendo en cuenta que cada vez tememos más esperanza de vida.

El Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN) está trabajando para combatir cada vez mejor esta enfermedad desde el año 1983.

¿Todos los ictus son iguales?

No. El ictus se puede producir por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro: son los ictus isquémicos. Este tipo de ictus es el más frecuente (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral, que supone una situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales, afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre.

Pero el ictus puede producirse también por la rotura de una arteria cerebral, que sangra en el interior del cerebro, son los ictus hemorrágicos o hemorragias cerebrales, menos frecuentes pero con una mortalidad muy elevada.

Cada una de estas situaciones tiene causas y tratamiento diferentes.

¿Qué personas tienen más riesgo de padecer un ictus?

Cualquier persona puede padecer un ictus, viejos, jóvenes e incluso niños, aunque hasta entonces se haya disfrutado de una salud envidiable, siempre que exista alguna circunstancia que ponga en peligro la circulación cerebral.

El ictus mayoritariamente se produce a partir de los 55 años de edad y aumenta exponencialmente con la edad. En estas edades, las personas que tienen enfermedades o costumbres de riesgo para padecer un ictus como hipertensión arterial, arritmias cardiacas u otras enfermedades del corazón, diabetes mellitus, dislipemia, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol excesivo o dietas inadecuadas, son candidatas a tener un ictus. Cuantas más enfermedades o hábitos de riesgo se tengan, más riesgo existe de padecer un ictus.

¿Puede detallar los factores de riesgo para padecer un ictus?

La enfermedad cerebrovascular se debe a muchas causas que se desarrollan a lo largo de la vida y se acelera por la presencia de determinados factores de riesgo vascular. El desarrollo de la mayor parte de estos factores está favorecido por el estilo de vida actual, con un abandono progresivo de los hábitos saludables.

Los factores de riesgo asociados al ictus son:

Hipertensión arterial: una persona tiene hipertensión arterial cuando sus cifras de tensión arterial son mayores o iguales a 140 de máxima o sistólica y 90 de mínima o diastólica, medidas en milímetros de mercurio (mmHg) de forma repetida. Cuando las tensiones arteriales elevadas se mantienen en el tiempo, las arterias que llevan la sangre a tanta presión se dañan, tapándose y produciendo un infarto cerebral o rompiéndose y produciendo una hemorragia cerebral. 

Arritmias cardíacas y otras enfermedades del corazón: la fibrilación auricular hace que el corazón se contraiga defectuosamente y, en algunos casos, al remansarse la sangre se producen coágulos o émbolos que van al cerebro, taponando una arteria y produciendo un infarto cerebral. Otras enfermedades del corazón, como quien ha tenido un infarto de miocardio o enfermedades de las válvulas cardíacas, pueden producir coágulos o émbolos con el mismo resultado que la fibrilación auricular.

Diabetes mellitus: es una enfermedad en la que existe un nivel de glucosa (azúcar) en la sangre por encima de 120ms/dl. Existen dos tipos de diabetes mellitus La tipo I o juvenil por falta de insulina y la tipo II o del adulto en la que hay resistencia a la insulina. En la diabetes también se dañan las arterias por lo que es más frecuente que se produzcan ictus

Dislipemia: el colesterol es una grasa natural necesaria, pero cuando se tienen niveles elevados en sangre (dislipemia) es cuando se vuelve peligroso. Hay varios tipos de colesterol, entre ellos, el colesterol unido a HDL o "colesterol bueno", llamado así porque destruye en el hígado el exceso de colesterol, y el colesterol unido a LDL o "colesterol malo", porque se deposita en las arterias produciendo las placas de ateroma, que estrechan o tapan las arterias por lo que la sangre no circula y se produce el infarto cerebral.

Tabaquismo: el tabaco disminuye el colesterol bueno e incrementa la tensión arterial, por lo que también favorece la formación de la placa de ateroma e incrementa el riesgo de tener un ictus.

Consumo excesivo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol incrementa el riesgo de infarto y de hemorragia cerebral, por incremento de la tensión arterial y otros mecanismos.

Obesidad: también está asociada a riesgo de ictus, sobre todo porque estas personas son más frecuentemente hipertensas, diabéticas o tienen el colesterol elevado.

Sedentarismo o inactividad física: disminuye el colesterol unido a HDL (bueno) y favorece la obesidad.

¿Cuáles son los síntomas de un ictus?

Existen unas manifestaciones iniciales llamadas síntomas de alarma, que nos permiten identificarlo. Ya sabemos que el dolor en el pecho o en el brazo izquierdo puede ser el "aviso" de un infarto cardíaco y que debemos acudir con urgencia al hospital. Desgraciadamente, el ictus puede presentar síntomas variados y no es frecuente que aparezca con dolor, pero sus consecuencias pueden ser igualmente graves y mucho más invalidantes. El ictus en general no duele, pero es una verdadera urgencia neurológica.

Sus consecuencias son tanto menores cuanto antes se acuda al hospital para ser atendido por el neurólogo. De aquí la importancia de que el paciente y las personas que le rodean habitualmente puedan reconocer con prontitud los síntomas de alarma. Algunos de ellos son:

Pérdida de fuerza de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

Trastornos de la sensibilidad, sensación de "acorchamiento u hormiguillo" en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

Pérdida súbita de visión, parcial o total, en uno o ambos ojos.

Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse, lenguaje que nos cuesta articular y ser entendido por quien nos escucha.

Dolor de cabeza de inicio súbito, de intensidad inhabitual y sin causa aparente.

Sensación de vértigo intenso, inestabilidad, desequilibrio e incapacidad o caídas bruscas inexplicadas, cuando se acompañan de cualquiera de los síntomas anteriores. 

Si cualquiera de los síntomas enumerados anteriormente desaparece espontáneamente, no pierden su valor de "alarma" sino que lo refuerzan, ya que en ocasiones el ictus sí avisa. El paciente sufre transitoriamente (con frecuencia sólo dura unos minutos) todos los síntomas con los que cursa un ictus establecido pero, por fortuna para él, estos desaparecen como llegaron, sin dejar ninguna secuela. Este caprichoso perfil temporal, la ausencia de dolor y, sobre todo, la ausencia de secuelas hace que el paciente y, lo que es peor, a veces el médico no den importancia a estos episodios, buscándole explicaciones simplistas y erróneas. Esta situación a la que denominamos Ataque Isquémico Transitorio es un verdadero "amago" de ictus.

Si además, es usted una persona con uno o varios factores de riesgo es aconsejable que sus amigos y familiares conozcan estos síntomas de alarma y puedan trasladarle con celeridad al hospital mas próximo.

SI TIENE ALGUN SINTOMA DE ALARMA, NO PIERDA TIEMPO: ACUDA INMEDIATAMENTE AL HOSPITAL

¿Existe algún tratamiento precoz?

El ictus es un emergencia neurológica. Debe atenderse con celeridad por personal médico cualificado conocedor de este tipo de patología, habitualmente un neurólogo. Ante la sospecha de un ictus, vuelvo a repetir, es imprescindible no perder tiempo y acudir lo más rápidamente posible al hospital. El tiempo es cerebro. Cuánto antes se reciba atención y tratamiento, menos daño sufrirá el cerebro.

En la actualidad se dispone de tratamientos que, aplicados muy precozmente en algunos tipos de ictus, son capaces de revertir incluso sin secuelas todos sus síntomas

Este tipo de tratamiento es similar al aplicado en el infarto de miocardio, la fibrinolisis.

También hay en estudio varias moléculas, llamadas neuroprotectores, que actúan a modo de escudo para las células del cerebro e intentan protegerlas cuando se interrumpe la circulación cerebral.

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