La gripe es una enfermedad respiratoria aguda causada por el virus gripal. Ésta puede evolucionar desde una infección leve hasta una enfermedad mortal, dependiendo del grupo de personas al que afecte.
Los principales grupos de riesgo ante esta enfermedad son aquellas personas que presentan enfermedades crónicas y las personas mayores de 60 años. A este tipo de personas se les recomienda la vacunación preventiva.
Los virus de la gripe destruyen las células de la mucosa de las vías respiratorias superiores destruyendo con ellas el sistema de defensa del sistema respiratorio. La gripe puede desencadenar una pulmonía si las bacterias que la acompañan afectan a las células epiteliales.
Síntomas de la gripe
La sintomatología de la gripe es variable, lo que genera que muchas veces cueste diferenciarla de enfermedades infecciosas de vías respiratorias. La principal enfermedad con la que se confunde es el resfriado, aunque los virus que generan una enfermedad u otra son diferentes.
Los virus de la gripe son específicos, lo que permite que se puedan llevar a cabo campañas de vacunación. En cambio los virus de un resfriado son múltiples, aunque sus efectos son menos agresivos.
Volviendo a los síntomas gripales más frecuentes encontramos malestar general, intenso dolor de cabeza, fiebre alta, accesos de tos y dolor muscular. Los dolores musculares y la fiebre son los dos síntomas más claros que muestran los que padecen una gripe y no un resfriado. La incubación de esta enfermedad dura de uno a dos días.
La aparición de la fiebre es una respuesta positiva del sistema inmunitario frente a los virus de la gripe. Con ella liberamos anticuerpos para tratar de acabar con los virus.
¿Cómo se contagia la gripe?
Los virus de la gripe pueden entrar en nuestro organismo a través de las mucosas de las vías respiratorias, de la mucosa bucal o de las mucosas conjuntivas. Éstos se trasmiten por contacto directo, por la inhalación de gotas respiratorias o por vía aérea. Los virus pueden propagarse durante la primera semana de su trasmisión, lo que hace que sea un virus que se trasmite muy rápidamente. Por ello si se toma un producto de prevención contra los virus, es recomendable prolongarlo durante todo este tiempo.
Una opción más dentro de la medicina contra la gripe
Existe tratamientos médicos naturales que pueden ayudarnos a prevenir su aparición. Uno de ellos es Oscillococcinum, un medicamento de prevención para el tratamiento sintomático de los estados gripales y de los períodos de exposición gripal. La posología varía según el momento en el que se interviene.
Si se toma durante un período de exposición al virus, tomaríamos un envase unidosis a la semana. Si se toma al inicio del estado gripal, deberemos tomar un envase unidosis lo antes posible con los primeros síntomas. Puede repetirse la unidosis cada 6 horas, 2 ó 3 veces. Si comenzamos a tomar Oscillococcinum en un estado gripal declarado, tomaremos un envase unidosis por la mañana y otro por la noche durante 3 días.
Prevención mediante la alimentación
Podemos ayudar a prevenir la aparición de la gripe mediante la ingesta de ciertos alimentos. Tomar alimentos ricos en vitamina C (naranjas, ajos, limones, mandarinas, pomelos, kiwi, piña, etc.) y en vitamina A como las verduras (tomates, zanahorias, espinacas, calabazas, coles, coliflores, etc.) es muy recomendable.
Los frutos secos también son ideales ya que su energía nos ayuda a mantener la temperatura corporal. Un puñadito al día es suficiente para notar sus efectos.