La artrosis es una enfermedad consistente en el desgaste del cartílago articular que a día de hoy es cada vez más frecuente. Puede ser progresiva y de las articulares es la enfermedad más frecuente en España, al punto de que afecta a unos siete millones de ciudadanos.
Aunque puede darse en cualquier articulación, donde impacta con mayor frecuencia es en las manos, caderas, rodillas y columna.
Asimismo, y opuesto a lo que muchos creen, la artrosis no es propia solo de la vejez. A cualquier edad puede padecerse, si bien es cierto que las probabilidades de sufrirla aumentan con la edad, así como también es cierto que es más frecuente en mujeres y personas con antecedentes familiares.
A pesar de que muchas de las causas de la artrosis no son prevenibles, controlarla y mejorarla sí es posible. Para ello hemos reunido aquí algunos consejos, que de llevarlos a tu vida práctica te darán una mejoría considerable para tu artrosis.
Las posturas corporales influyen mucho en el agravamiento y mejoría de la artrosis, así como en su formación antes de padecerla del todo.
Por ese motivo, trata de dormir en cama plana, usa sillas de respaldo rectilíneo, en las que tus rodillas y caderas puedan tener una posición natural y los pies alcancen el suelo, y evita siempre que puedas pasar mucho tiempo sentado en sillones o sofás hundidos.
Los tacones son muy estéticos, pero no es menos cierto que en materia de artrosis, comodidad y salud ósea y muscular, no son los más indicados.
Tanto si se padece de artrosis y se quiere mejorar, como si se quiere prever, es más aconsejable llevar zapatos planos o con tacones ligeros, no excesivos, así como una suela gruesa, capaz de absorber la fuerza de los impactos que se producen ente los pies y el suelo al caminar.
Esto es todavía más necesario si se padece de artrosis lumbar, de rodillas o de caderas.
El sobrepeso y la obesidad están entre las primeras causas de la artrosis y son perfectamente evitables. Hacen que la enfermedad progrese rápido, por lo que si se es obeso lo mejor es iniciar cuanto antes una dieta saludable, indicada por especialistas, que permita adelgazar.
Para controlar el peso no es necesario privarse de algún alimento ni pasar hambre. Bastará con cambiar los patrones de alimentación por otros adecuados y racionales, que permitan que se ingieran solo las calorías realmente demandadas por el organismo.
El ejercicio físico no es necesario solo para bajar de peso y tener un cuerpo tonificado. Su práctica frecuente, almenos cuatro veces por semana, mejora la salud en general y permite que el organismo esté en mejores condiciones de funcionamiento.
Con respecto a la artrosis, el ejercicio es bueno porque protege a las articulaciones y da fuerza a los músculos. De igual forma, eleva la movilidad de la persona, todo lo cual permite afrontar en mejores condiciones los impactos de la artrosis, disminuir sus efectos y mejorarla de forma rápida y sana.
Sin entrar en contradicción con la práctica de ejercicios o el cumplimiento de los deberes diarios, el reposo también es necesario y beneficioso para la artrosis.
Las articulaciones, huesos y músculos necesitan descansar, y esto se hace aún más imperativo cuando ya se sufre la enfermedad y se atraviesan episodios de dolor. En tal sentido, puedes mejorar la artrosis si además de todo lo dicho te obligas a tener pequeños intervalos de reposo a lo largo del día, entre actividad y actividad.